Tras la pipa de la paz que fumaron Mauricio Macri y Santiago Caputo, que derivó en nuevos y reforzados respaldos legislativos del macrismo a las políticas de ajuste de Javier Milei, como el apoyo al veto a la Ley de Financiamiento Universitario, el Gobierno sigue pagando esa “deuda”.
Continúa por estas horas -y promete seguir en las jornadas venideras- el proceso de “hacer lugar” en el Estado a nuevos funcionarios del riñón del PRO: esto es, despedir a liberales confesos, incluso que acompañan la gestión anarcocapitalista desde la primera hora, para que en las dependencias vacantes asuman macristas indubitables.
EL PACTO MACRI-CAPUTO
El primero de los que este jueves debieron decir adiós fue Eduardo Rodríguez Chirillo, eyectado de la Secretaría de Energía, aunque se dice que presentó la renuncia por "motivos personales y profesionales", y en su lugar fue designada María Tettamanti.
Gerente general en NRG Energía SA, también se había desempeñado como directora general en Camuzzi Gas Pampeana y en Metrogas; pero destaca por ser "del riñón" de Macri. Desde el gobierno "me pidieron colaboración para reforzar el área de Energía", explicaba el expresidente a la salida del Coloquio de IDEA que se desarrolla en Mar del Plata.
Pocas horas después se supo que el número dos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Leopoldo Sahores, también debió dejar su cargo para que en su lugar asumiera otro diplomático, también vinculado a Macri: Eduardo Bustamante.
EL NUEVO SECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES
Tras pedirle la renuncia a Leopoldo Sahores, la canciller Diana Mondino designó como nuevo secretario de Relaciones Exteriores a Eduardo Bustamante, quien ejercía como cónsul general de la Argentina en Montevideo.
Abogado, licenciado en ciencia política y con estudios de posgrado en seguridad internacional, se trata de un funcionario del Servicio Exterior de la Nación "con una destacada trayectoria diplomática", informó Cancillería. Se ha desempeñado en las embajadas argentinas en Angola y en Pakistán y su experiencia profesional también incluye la coordinación de asuntos fronterizos y de negociaciones internacionales en temas críticos como terrorismo y crimen organizado transnacional.
