El gobierno nacional reafirmó su intención de privatizar Aerolíneas Argentinas, justo después de la expulsión de Pablo Biró del directorio de la compañía. Franco Mogetta, Secretario de Transporte de la Nación, anunció que "Aerolíneas Argentinas, por indicación del Gobierno de todos los argentinos, decidió expulsar a Biró, que no hacía más que perjudicar a la empresa y tomar de rehén a más de 100 mil pasajeros". Esta declaración subraya la postura del gobierno frente a la situación que atraviesa la aerolínea y la necesidad de mantener su operatividad.
Mogetta también indicó que, a pesar de la salida de Biró, "la compañía no tiene ningún riesgo de dejar de operar". Con esto, intentó calmar los temores sobre el impacto de la expulsión en el funcionamiento de Aerolíneas. Además, dejó claro que el puesto que ocupaba Biró no necesariamente será reemplazado por otro representante del sindicato, abriendo la puerta a la inclusión de otros trabajadores en el directorio.
El secretario resaltó que la gestión actual del gobierno es firme en su compromiso de actuar contra las pérdidas económicas que han resultado de las acciones de Biró y su sindicato. Según Mogetta, las pérdidas generadas por las medidas de fuerza ascienden a 20 millones de dólares en ventas y 4 millones en gastos operativos. Para reparar estos daños, se anunciaron acciones judiciales que fueron aprobadas en la asamblea de accionistas de Aerolíneas.
El Gobierno dejó en claro que la privatización de Aerolíneas Argentinas sigue su curso, ya que "la declaración de compañía sujeta a privatización es un decreto que el Presidente ya firmó".
