La Asamblea de Accionistas de Aerolíneas Argentinas tomó una decisión drástica al expulsar a Pablo Biró, secretario General de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), del Directorio de la compañía. La reunión se llevó a cabo en las oficinas de la empresa en el Aeroparque Jorge Newbery, y fue motivada por la percepción de que el accionar de Biró perjudica los intereses de la aerolínea. En respuesta a esta medida, Biró anunció que impugnará la decisión ante la justicia, convirtiendo la situación en un conflicto legal.
El comunicado emitido por Aerolíneas Argentinas subrayó que la expulsión fue solicitada por el principal accionista de la compañía, el Estado nacional.
"Biró actuó recurrentemente en forma desleal y contra los intereses de la compañía", indicaron. A lo largo del año, el sindicalista promovió 13 medidas de fuerza, muchas de las cuales se disfrazaron de "asambleas informativas", lo que generó demoras y cancelaciones de vuelos, afectando a más de 100 mil pasajeros y ocasionando pérdidas millonarias a la empresa.
Las tensiones entre la dirección de Aerolíneas y Biró se intensificaron debido a su doble rol como dirigente gremial y director de la compañía. Desde Aerolíneas se cuestionó su comportamiento, alegando que
"las acciones de Biró llegaron al extremo de cuestionar la seguridad y capacidad operativa de la empresa". A pesar de estos conflictos, la aerolínea logró un resultado operativo positivo de un millón de dólares en septiembre, marcando su mejor desempeño en 23 años.
En medio de este tumulto, Gustavo García Lemos, gerente de Operaciones, decidió retirar su renuncia después de que una orden judicial exigiera la reincorporación de tres pilotos despedidos. Este conflicto laboral se enmarca en un clima de incertidumbre, donde el presidente de la Nación ha manifestado su intención de privatizar la compañía.
