El ex presidente Mauricio Macri ha expresado su apoyo al veto presidencial de Javier Milei, sugiriendo que el PRO podría alinearse en su respaldo. En un mensaje de Twitter, Macri planteó que “la UBA enfrenta una crisis de transparencia; desde 2015 no ha presentado ni una sola factura”, argumentando que la verdadera autonomía en juego es “la suya”: la porción del presupuesto que, según él, se desvía hacia fines políticos. Esta postura se suma a una creciente tensión dentro del PRO, donde algunos legisladores han mostrado opiniones divergentes respecto al veto.
La situación en el PRO es tensa, con el bloque de 38 legisladores debatiendo qué postura adoptar. Diego Santilli ha anticipado su apoyo al veto, generando repercusiones dentro de la bancada. Mientras tanto, figuras como Álvaro González abogan por mantener la ley de financiamiento universitario, resaltando que “el acceso al conocimiento es la oportunidad que tienen los más vulnerables para salir de esa situación”. Esta polarización interna resalta la complejidad del momento político que atraviesa el partido, que juega un papel crucial en la ratificación o revocación del veto.
La oposición, por su parte, solicitó una sesión especial para tratar de rechazar el veto de Milei, lo que podría llevar a un enfrentamiento decisivo en el Congreso. La presión sobre el PRO es palpable, dado que la mayoría de los votos para anular el veto provienen de su bloque. En este contexto, encuestas recientes sugieren que la sociedad se inclina más hacia el apoyo a la ley que hacia el veto, lo que añade una capa de presión sobre los legisladores del PRO a la hora de decidir su postura.
Macri también denunció lo que considera una manipulación política de las universidades durante el kirchnerismo, acusando a ciertas instituciones de haber estado involucradas en “escándalos de sobreprecios” y en la producción de contenidos no emitidos. Según él, las universidades públicas se han convertido en herramientas del populismo y su transformación es esencial para construir un futuro más transparente y orientado a carreras STEM, consideradas vitales para enfrentar los desafíos del país. Con este trasfondo, el debate sobre el financiamiento universitario se convierte en un terreno fértil para la confrontación política, evidenciando la lucha de poder entre el PRO y la oposición.
