A través de un comunicado, el Ejército israelí anunció que mató al jefe de la organización terrorista Hezbollah, Hassan Nasrallah, en un bombardeo lanzado contra un suburbio del sur de Beirut.
También comunicó que junto a Nasrallah murieron otros miembros de Hezbollah, entre ellos, Ali Karki, comandante del Frente Sur del grupo shiita, que se encontraba también en la sede central del movimiento en los suburbios sur de Beirut.
"El ataque se llevó a cabo mientras la cadena de mando superior de Hezbollah operaba desde el cuartel general y promovía actividades terroristas contra los ciudadanos del Estado de Israel", dice el texto, sin aportar pruebas.
Israel no efectuó comentarios de momento sobre qué tipo de bomba ni cuántas utilizó, pero la explosión resultante arrasó una zona más grande que una cuadra. El ejército israelí cuenta en su arsenal con bombas teledirigidas “Bunker Buster” de 907 kilos, de fabricación estadounidense, diseñadas específicamente para alcanzar objetivos subterráneos.
Poco después, Hezbollah confirmó a través de un comunicado la muerte de quien fue su líder durante más de tres décadas. Al respecto, dijo que "se ha unido a sus compañeros mártires" y prometió que seguirán adelante con "la guerra santa contra el enemigo y en apoyo de Palestina".
Tras el anuncio, la cadena Al Manar emitió rezos y dejó de dar información en directo sobre los bombardeos.
Al menos seis personas murieron este viernes y otras 91 resultaron heridas, informó el Ministerio de Salud libanés. Se trató de la mayor explosión que ha sacudido la capital libanesa en el último año y parece probable que acerque la escalada del conflicto a una guerra total. El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, fue el blanco de los ataques a la sede del grupo.
Es probable que el número de muertos aumente significativamente, ya que equipos de rescate aún examinan entre los escombros de seis edificios. Israel lanzó una serie de ataques contra otras áreas de los suburbios del sur tras el estallido inicial.
Luego de los ataques, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu interrumpió abruptamente una visita a Estados Unidos para regresar a su país. Horas antes, se habia pronunciado ante la ONU y prometió que continuará la campaña israelí contra Hezbollah —la cual se ha intensificado en las dos últimas semanas—, lo que reduce aún más las esperanzas de un cese del fuego respaldado internacionalmente.