El bloque que lidera Miguel Ángel Pichetto cuestionó la premura del gobierno por avanzar en la privatización de Aerolíneas Argentinas, destacando que una decisión de tal envergadura no puede tomarse solo como respuesta a un conflicto gremial. En vísperas del debate en las comisiones de Transporte y Presupuesto y Hacienda, un legislador del bloque expresó que solicitarán "información concreta" al Ejecutivo sobre los detalles del plan de privatización: "Tienen que explicar qué quieren hacer, qué formato, qué metodología, qué beneficios al comprador".
En la reunión encabezada por la radical Pamela Verasay, Nicolás Massot llevó la voz cantante del bloque opositor. Desde su entorno, enfatizaron que "por un conflicto gremial no se puede privatizar una aerolínea", y remarcaron que el gobierno debe dar detalles claros sobre cómo planea llevar a cabo la privatización y qué beneficios concretos ofrecerá a los posibles compradores.
Por otro lado, en el plenario también se escucharon posturas favorables a la venta de la aerolínea de bandera. El macrista Hernán Lombardi, uno de los autores de un proyecto que busca privatizar Aerolíneas, defendió su iniciativa asegurando que
"hay que cambiar las relaciones laborales en Aerolíneas", en una clara crítica al poder sindical, especialmente dirigido a Pablo Biró, líder de los pilotos, a quien calificó como "rey de los cielos". Lombardi contó con el respaldo del lilito Juan Manuel López, quien sostuvo que "las empresas públicas son deficitarias por definición".
El vicejefe de Gabinete,
José Rolandi, retomó esa misma idea al afirmar que "el Estado es un pésimo administrador de empresas". Según Rolandi, en una economía capitalista, el Estado no puede gestionar eficientemente ya que "el vínculo en la administración estatal está roto". Para el gobierno, la privatización de Aerolíneas es parte de una agenda más amplia que busca reducir el rol empresarial del Estado en la economía.