El viernes pasado se estrenó la segunda temporada de "Porno y Helado" en Prime Video, la serie creada por Martín Piroyansky, que se destaca por su humor absurdo y sus críticas sociales. Pero es especialmente en el cuarto capítulo, donde aborda de manera ingeniosa las ideas de libertad y la falta de Estado.
En este episodio, una tormenta sin precedentes deja a los protagonistas atrapados en un bar junto a taxistas y otros jóvenes. Allí, Nacho, el némesis de Pablo, asume el rol de líder, organizando los suministros y estableciendo reglas para la convivencia. Sin embargo, la estructura que él propone genera resistencia en Pablo, quien, impulsado por la envidia, comienza a sembrar desconfianza entre los demás y alegando que las acciones de Nacho atentan contra la propiedad privada y la libertad individual.
A medida que la situación avanza, Pablo logra convencer a los demás de derrocar a Nacho, pero una vez en el poder, su falta de un plan claro desemboca en el caos y la anarquía. Esta narrativa sirve como una crítica satírica a las ideologías libertarias, mostrando cómo la búsqueda desmedida de libertad puede llevar al descontrol cuando no hay un Estado que regule y mantenga el orden.
El capítulo combina humor y reflexión, utilizando la tormenta como metáfora de las crisis que enfrentan las sociedades cuando se ignoran las responsabilidades colectivas. Podría pensarse que fue una metafora de la ASPO. Es que a través de estos personajes y sus interacciones, "Porno y Helado" plantea preguntas sobre el equilibrio entre libertad y orden. Buenas actuaciones y una canción sobre el "Adornito de Mar del Plata" para tener en cuenta.
