Un avión de
Aerolíneas Argentinas que volaba de Ushuaia a Buenos Aires regresó al aeropuerto de partida por una falsa amenaza de bomba de la que fue acusado el diputado fueguino de La Libertad Avanza,
Agustín Coto. En el vuelo viajaban los artistas
Marcelo Polino y
Carmen Barbieri, quienes contaron en sus redes sociales lo que estaba pasando.
Por la denuncia de una amenaza de bomba terminó demorado Coto quien lo contó como "algo surrealista”. Según explicó, luego de que el vuelo AR 1885 realizara las tradicionales maniobras de despegue, un pasajero oriundo de Brasil que se sentaba a su lado corrió hacia el fondo del avión matrícula LV-KEI para hablar con las azafatas y nunca regresó.
Minutos más tarde, el capitán anunció que había un inconveniente y debían regresar a la ciudad. “Nos quedamos esperando hasta que llegan la Policía, los Bomberos, la PSA y
de repente sube alguien al avión y me viene a buscar a mí. Y yo no entendía qué pasaba porque la verdad es que nadie me decía lo que estaba pasando”, contó el legislador en declaraciones a radio Mitre.
El pasajero brasileño le había dicho a las azafatas que quien se sentaba a su lado pretendía estallar una bomba en pleno vuelo e incluso estaba mirando videos en su teléfono celular sobre cómo debía activar el presunto aparato explosivo. “Finalmente, abajo del avión,
los perros chequearon mi equipaje y se dieron cuenta de que esto era cualquier cosa. Luego me iban a llevar a hacer una declaración que finalmente no hice porque entiendo que
este muchacho empezó a contradecirse: dijo cosas diferentes arriba y abajo del avión”.
Y es que en una primera versión el brasileño dijo que el diputado fueguino pretendía hacer volar el avión y estaba mirando videos en su teléfono celular para hacerlo. Luego, al volver a declarar, dijo que en realidad Coto le había manifestado su intención de hacer volar el aparato. En realidad lo que estaba haciendo el legislador era jugar en su celular a un videojuego de autos.
“Yo ahora lo que
espero es que esta persona tenga algún tipo de consecuencia, no puede ser gratis lo que hizo, porque además el protocolo fue costosísimo, si no esto termina siendo un incentivo para que un aburrido lo haga cada tanto”, consideró el legislador.