El consumo se desplomó durante el primer semestre de 2024 en los supermercados mayoristas y minoristas de todo el país, que registraron una caída en sus ventas del 11,6% en comparación con el mismo periodo del año pasado y tuvieron el peor registro de los últimos cinco años.
Así lo indicó un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) que atribuyó el desplome a
"la caída del ingreso" de los consumidores y a
"las políticas de ajuste del Gobierno Nacional", en un contexto de recesión y descenso de la actividad económica.
También remarcó que se trata de
"la variación negativa más alta de los últimos años, incluso mayor al periodo de pandemia y postpandemia". En ese momento, las ventas en supermercados aumentaron un 2,8% durante el primer semestre de 2020 y cayeron un 2% en el mismo periodo de 2021, para volver a crecer en 2022 y 2023.
En el caso de los supermercados mayoristas, las ventas cayeron un 12,6% interanual durante el primer semestre del año medidas a valores constantes. Fue su peor caída de los últimos cinco años y, según destacó el informe,
"hace prever menores ventas minoristas para los próximos meses".
Según datos obtenidos del índice de ventas de supermercados del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), "en el mes de junio de 2024 los supermercados tuvieron las ventas más bajas de los últimos años. Es el peor mes de junio de la serie completa", que se mide desde 2017.
El informe de UNDAV señaló que la caída de los ingresos se reflejó en los medios elegidos por los consumidores para abonar sus compras, ya que
"en el último año aumentaron significativamente los pagos a través de las tarjetas de crédito y disminuyeron las compras a través de dinero disponible (débito y efectivo)".
En junio de 2024 el uso de la tarjeta de crédito en supermercados aumentó más de 7 puntos porcentuales respecto al mismo mes del año pasado: pasó de explicar el 36,5% del total de los medios de pago en 2023 a representar el 43,7% este año. El pago en efectivo bajó del 25,5% al 17,3%, y el débito pasó del 31,7% a 30,4%.
