
En lo que se configura como una remontada histórica por la recuperación de 15 puntos porcentuales y reconfiguración de su figura,
el candidato a presidente por Unión por la Patria Sergio Massa ganó la primera vuelta electoral por más de un 6% encima de Javier Milei, el aspirante de La Libertad Avanza que se estancó y más de 13 puntos arriba de Patricia Bullirch, de Juntos por el Cambio, que se hundió.
Con un 98,51% de las mesas escrutadas,
Massa sumó un 36,68% de los votos y Milei un 29,98%. Bullrich, en tanto, alcanzó un 23,83%; Juan Schiaretti, de Hacemos por nuestro País, levantó al 6,78%; y Myriam Bregman, del FIT, cayó al 2,70%.
Esto significa que al candidato de UP lo votaron casi 10 millones de ciudadanos argentinos y a Milei unos 7,8 milllones. A la ex ministra de Mauricio Macri la eligieron 6,2 millones de personas, al gobernador de Córdoba 1,7 millones y a la dirigente de izquierda alrededor de 710 mil.
La diferencia entre los discursos y lo que seguramente será la etapa de la campaña de cara a la segunda vuelta entre Massa y Milei quedó clara. "La grieta se murió, empieza una nueva etapa", proclamó como mensaje casi central el candidato de UP, mientras insistió en convocar a casi todos los sectores menos libertarios y PRO para un eventual gobierno de "unidad nacional" y llamó a la militancia reunida en el C de Chacarita a militar con "amor por la Argentina, frente al odio".
La contradicción fue sumamente marcada con los mensajes de Milei y Bullrich, que no sólo coincidieron en los centros cruzados en sus discursos sino en un eje: el antikirchnerismo.
De cara a las cuatro semanas interminables hasta el balotaje, Massa no perdió tiempo y empezó anoche mismo a buscar esos votos necesarios, que se sobreentiende que están en la izquierda, el peronismo cordobés, los radicales, incluso los electores de la Coalición Cívica de Elisa Carrió y el peronismo que integra JXC, pero también en los más desencantados: quienes votaron en blanco o se ausentaron.
"A todos ellos le digo que haré el mayor esfuerzo para ganarme su confianza", afirmó el tigrense y prometió: "Muchos de los que nos votaron son los que más están sufriendo, no les voy a fallar. Sepan que desde el 10 de diciembre no les voy a fallar".
Milei también empezó su campaña anoche, con el objetivo de votos claro, pero cero amplitud política: llamó este domingo a hacer una "revolución liberal" en noviembre con un discurso plagado de guiños vía lugares comunes a Juntos por el Cambio para el balotaje y hasta con felicitación a Jorge Macri, vencedor en la ciudad de Buenos Aires.
"La campaña hizo que muchos de los que queremos un cambio nos viéramos enfrentados. Vengo a hacer tabula rasa, barajar y dar de nuevo con el objetivo de terminar con el kirchnerismo. Todos los que queremos un cambio tenemos que trabajar juntos", afirmó sin ponerse colorado Milei, quien de esa manera empezó la campaña para captar los votos de JxC para la segunda vuelta del 19 de noviembre.
Villarruel, ante la prensa, se pronunció igual y blanqueó que van a "tender un puente con JxC, con la militancia y con aquellos que quieran cambiar el país" porque "Argentina necesita un cambio".
"Habrá una colaboración mutua con todos aquellos que quieren construir un nuevo país", agregó por si faltaban dudas, pese a reconocer que "todavía" no lo habían dialogado con Milei.
De esta manera, el candidato buscó un acercamiento a la otra coalición opositora desde su búnker en el Hotel Libertador, en Córdoba 690 de la Capital Federal, y felicitó al candidato a jefe de Gobierno porteño Macri y al gobernador electo de Entre Ríos, Rogelio Frigerio.
Bullrich, por su parte, también lanzó centros para Milei. "Venimos a ratificar con toda la fuerza los valores de nuestra causa. Nuestra causa va más allá de un momento electoral y de un momento de derrota", dijo al asumir apesadumbrada esta noche su derrota en el búnker de JxC, en Parque Norte de esta capital.
LOS RESULTADOS: RACIONALIDAD, ESPANTO, ORGANICIDAD
Si bien es temprano y ya habrá tiempo para los análisis conscienzudos, a primera vista la recuperación de Massa viene de la mano de una apelación a la racionalidad política de la ciudadanía más necesitada que tuvo éxito como mensaje de campaña y al espanto a la irracionalidad expresada en proyectos concretos de la contraparte de Milei, así como al aumento notorio en la participación, la organicidad del peronismo recuperándose en municipios y provincias y al arrastre de la fabulosa elección de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires.
"Muchos de los que me votaron son los que más están sufriendo", dijo el ministro de Economía anoche al pronunciarse al interior del búnker en Chacarita, ya con los resultados. No fue el único factor, ya que con ese elemento mencionado por Massa jugó al lado el propio Milei.
Es que el candidato libertario expresó ideas que justificaron esa elección de los más necesitados, o una parte de ellos, con conceptos como la justificación de la dictadura militar, los ataques al papa Francisco, la privatización de los ferrocarriles y de YPF con Vaca Muerta incluida, el aumento desmedido de los transportes públicos vía eliminación de subsidios, entre otros.
En las últimas semanas, sus candidatos también se subieron a su ola irracional, con iniciativas disparatadas como la renuncia a la paternidad por parte de los hombres o la privatización de mares y ballenas para evitar la extinción como política ambiental, sin mencionar las anteriores iniciativas para la liberación de un mercado de órganos y otro de niños "no ahora, como debate futuro".
Massa hizo todo lo contrario: le volvió a pedir "el doble de humildad" a la militancia y no responder a las agresiones que, en redes sociales, ya se veían por parte de los votantes opositores decepcionados. Reforzó, en cambio, que será el presidente del trabajo y de la seguridad, subió a su familia y a la de su compañero de fórmula Agustín Rossi con la metáfora de "Argentina una gran familia", y tanto en sus mensajes formal adentro como ante la militancia afuera del búnker en el C, reivindicó los derechos sobre las islas Malvinas y dijo que esperaba recibir como presidente al papa Francisco en 2024.
La estructura también jugó fuerte, ahora con un rol fundamental a diferencia del desempeño en las PASO. El peronismo recuperó ocho provincias en las que había perdido en las primarias y en otras no ganó pero redujo la distancia de las derrotas.
De hecho, se impuso en provincias de administración radical, como Corrientes, o de fuerzas provinciales, como Río Negro y consiguió remontar derrotas dolorosas de las primarias como las de Tucumán, La Rioja, La Pampa, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Hubo éxito en el reto a gobernadores, que en las PASO dijeron que tenían "cansadas" a sus estructuras partidarias.
Y, por último, el factor Axel Kicillof y su reelección aplastante, lo deja con una cuotaparte importante del triunfo de UxP. Retener el distrito más importante de la Argentina era estratégico y logrando una distancia cercana a los 20 puntos sobre su competidor más inmediato, Néstor Grindetti, aún más.
"Este triunfo nos da fuerza, pero la campaña a no terminó en la provincia de Buenos Aires. La campaña termina cuando Massa sea el próximo presidente", advirtió Kicillof, antes de remarcar el "compromiso de Massa con la producción, la infraestructura, la distribución del ingreso y la mejora de los salarios" para combatir la inflación.
Con todo y recuperación milagrosa, no hubo triunfo de nadie en primera vuelta y el trayecto hasta el 19 de noviembre es larguísimo y, las posibilidades, casi ilimitadas.