
Luego de años de que se conociera que
Reino Unido admitiera que, lejos de los códigos humanitarios militares, varios de los barcos que la ex premier
Margaret Thatcher envió al Atlántico Sur para desalojar con
armas atómicas a la Argentina de las Islas Malvinas, que le pertenecen según tratados internacionales,
ahora se confirmó cuánto armamento nuclear cargaban esas naves inglesas.
El periodista de ese país
Richard Norton Taylor reveló que accedió a un nuevo documento desclasificado ultrasecreto - hasta hoy - en los Archivos Nacionales del Reino Unido y que allí se afirma que las fuerzas armadas de su país desplegaron 31 armas nucleares durante la guerra por las Malvinas en 1982.
El sitio Declassified UK publicó el material de los Archivos Nacionales, marcado como
“Atómico de alto secreto”. El documento sostiene que la presencia de armas nucleares “causó pánico entre los funcionarios en Londres”, cuando se dieron cuenta de los daños que podrían haber causado.
Un acta del Ministerio de Defensa británico, fechada el 6 de abril de 1982, habla de la “gran preocupación” de que algunas de las “bombas nucleares de profundidad” pudieran “perderse o dañarse y el hecho se hiciera público”. El acta agregaba: “Las repercusiones internacionales de tal incidente podrían ser muy dañinas”.
En concreto,
las armas fueron transferidas de las fragatas y destructores a los portaaviones más grandes, HMS Hermes y HMS Invincible, donde podrían estar más protegidas. El archivo desclasificado consigna específicamente que el Hermes tenía 18 armas nucleares a bordo y el Invencible 12, mientras que el buque auxiliar de la Flota Real, Regent, una.
El Ministerio de Defensa admitió en 2003 que los barcos británicos llevaban armas nucleares y que un contenedor de armas había sido dañado. Pero hasta ahora nunca se había revelado la cantidad de armas. El número apareció con el documento enviado a los Archivos Nacionales en Kew, al suroeste de Londres.
Según la nota de Norton Taylor, la existencia de las armas habría provocado una disputa entre el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Relaciones Exteriores británico, que pidió “desarmar” las armas pero se encontró con la negativa de la Marina.
“En caso de tensión u hostilidades entre nosotros y la Unión Soviética al mismo tiempo que la Operación Corporativa [el nombre en clave dado a la liberación de las Malvinas], la capacidad militar de nuestros buques de guerra se reduciría drásticamente”, fue el argumento del Ministerio de Defensa.
La información de Norton pudo cononocerse porque todos los archivos en Gran Bretaña, después de 30 años, van al Archivo Nacional y allí debe ser accesible a todos los ciudadanos que la requieran. Luego de conocerse, es publicada.
En 2003, el Ministerio de Defensa británico también reconoció que hubo "incidentes" en el transporte de esas armas, como contenedores dañados en sus traslados sin que se perjudicara el armamento. El profesor Sir Lawrence Freedman, historiador oficial británico de la guerra de las Malvinas, reconoció que desde Gibraltar fueron despachadas armas nucleares a las islas.
Alí Magoudi, el psicoanalista del ex presidente de Francia
Francois Mitterrand, aseguró en un libro que Thatcher tuvo la intención de usar armas nucleares en territorio argentino para definir de una vez por todas la guerra por Malvinas si las fuerzas de su país se veían en dificultades.
Lo que el psicoanalista escribió es que
ese plan era lanzar las bombas sobre la provincia de Córdoba (donde hoy funciona la Fábrica Argentina de Aviones), pero fue abortado por la decisión de Mitterrand de colaborar con la Dama de Hierro dándole información sobre las armas que Francia le había vendido a Argentina.
En su momento, el fallecido ex presidente
Néstor Kirchner exigió explicaciones a Londres. Argentina, que demostró tener en la guerra más códigos humanitarios militares que los británicos, siempre denunció la nuclearización del conflicto bélico por la soberanía de las islas del Atlántico Sur.