El efecto MSCI que tiene lugar este viernes tras el descenso de la categoría "mercado emergente" a "standalone" que fijó la consultora internacional a la economía argentina, tiene su raíz en septiembre de 2019, período en el que aún gobernaba el expresidente Mauricio Macri.
Según la definición de la compañía que elabora este indicador, el escenario local debe demostrar una "relativa apertura y accesibilidad para los inversores extranjeros", panorama que acentuó su retroceso con la reinstalación del cepo cambiario haca poco más de dos años.
"El BANCO CENTRAL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA, conforme lo previsto en su Carta Orgánica, establecerá los supuestos en los que el acceso al mercado de cambios para la compra de moneda extranjera y metales preciosos amonedados y las transferencias al exterior requerirán autorización previa, con base en pautas objetivas en función de las condiciones vigentes en el mercado cambiario y distinguiendo la situación de las personas humanas de la de las personas jurídicas", apuntaba el artículo 2 del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que firmó el exmandatario el 1 de septiembre de 2019.
MSCI había publicado su reporte Global Accessibility Review correspondiente a 2021, en el que se relevan las condiciones de accesibilidad de 83 mercados de valores del mundo. En esa ocasión, la Argentina no había sido incluida en su análisis, ya que desde la resolución de Cambiemos su estatus se encontraba en revisión, por tal motivo la decisión final se había postergado.
"Desde 2016 y con el arribo del Gobierno anterior, empieza a ver una entrada de capitales de corto plazo que vinieron a especular y que dejó como resultado que se acudiera al Fondo por un prestamo inédito que además no se utilizó un sólo dólar en generar una economía que produzca sino que para financiar capitales que se iban", repasó este viernes el ministro de Economía, Martín Guzmán, durante su participación en Centro Regional Universitario de Río Negro.
Para la Casa Rosada, la reclasificación revela las consecuencias que produjeron las políticas económicas de Cambiemos y su equipo económico, luego de la fallida "lluvia de inversiones".
Este panorama incluso había sido reflejado por
un estudio de la Fundación Libertad y Progreso de enero de 2020, al demostrar que la Inversión Extranjera Directa (IED) entre 2016 y 2019 fue de 9.770 millones de dólares, a un promedio de 2.442,5 por año, muy lejos del 20% del PBI que los economistas consideran un nivel aceptable para una economía emergente.
"En los cuatro años de administración macrista, el ingreso total de dólares fue de 135.816 millones de dólares y dentro de ese monto la mayor parte correspondió a la deuda del sector público nacional y provincial, que alcanzó a 103.389 millones de dólares si se computan los desembolsos acordados con el Fondo Monetario Internacional (FMI)", apuntó el análisis.