Después de las novedades que indican que la Argentina tiene preacuerdos con el gobierno ruso y con el laboratorio Pfizer para la provisión de sus vacunas contra el coronavirus, hoy
Hugo Sigman, el médico y empresario argentino cuyo laboratorio va a elaborar el producto de Oxford-AstraZeneca para combatir esa enfermedad, confirmó que su producción comenzará en el país en dos semanas.
Así, será el 23 de noviembre el puntapié inicial para que el laboratorio comience la fabricación del principal activo de la vacuna británica que luego se envasará en México para la distribución en América Latina (menos Brasil).
Sigman lo comunicó durante el encuentro virtual realizado por la Fundación de Estudios para la Salud y Seguridad Social (FESS) en su 9º Jornada anual sobre Responsabilidad Social en Salud y Medio Ambiente.
“Para nosotros es un privilegio producir esta vacuna. Porque la vacuna de AstraZeneca va a ser un hito en la historia de la medicina mundial”, dijo el médico y empresario, cofundador junto a su esposa Silvia Gold y CEO del Grupo Insud.
En su discurso, Sigman explicó: “La vacuna de AstraZeneca por una decisión conjunta con la Universidad de Oxford se va a vender no profit, es decir, sin ganancia alguna. Va a valer entre 3 y 4 dólares, depende del país y los costos internos. Yo tuve la oportunidad de escuchar a la doctora Sarah Gilbert, que lleva adelante el proyecto y posible candidata al premio Nobel, que dijo que el objetivo era hacer un acuerdo con una compañía privada para que la vacuna pudiera producirse masivamente en todo el mundo, pero que tuviera 3 condiciones: que durante la pandemia se vendiera no profit para que sea accesible, que se produzca a riesgo antes de ser aprobada, y que sea distribuida en todo el mundo”.
El empresario puntualizó que AstraZeneca "realizó diversos acuerdos en India, China, en Europa, en Rusia para producir 3.000 millones de dosis de vacunas durante el próximo año a ese precio no profit", como hizo con su laboratorio en Argentina.
"Si ustedes comparan con otras vacunas, observan que valen muchísimo más. Cuestan 14, 17 o hasta 37 dólares. Por eso, el poder participar de este proyecto, para la compañía y para mí es como un regalo especial. Porque se está presente en un proyecto inédito de cooperación público-privada y que mientras dure la pandemia se va a vender sin beneficio para la compañía”, afirmó.
En ese punto, Sigman se refirió a la vacuna que su laboratorio mAbxience producirá en el país y le puso fecha al inicio del trabajo:
“Estamos a dos semanas de empezar la producción, que comenzará el 23 de noviembre. Todos estos meses desde el anuncio, estuvimos trabajando con la transferencia de tecnología, de control de calidad, de las personas a cargo de lo que tenían que hacer, la planta de tratamientos de efluentes que debimos construir al trabajar con un virus. Si todo sale como prevemos, en diciembre haremos la primera exportación a México de la vacuna producida en Argentina”.
"Quiero resaltar la consideración que la compañía AstraZeneca ha tenido para todos los argentinos, que según ellos mismos se han encontrado con un equipo muy motivado y consustanciado con el trabajo. Y finalmente, resaltar la contribución de muchos filántropos del mundo para que AstraZeneca pueda producir a riesgo. Nosotros dejamos de hacer todo lo que estábamos haciendo para concentrarnos en hacer esta vacuna”, indicó el empresario.
ELOGIOS AL GOBIERNO Y SU TRABAJO CONJUNTO CON EL SECTOR PRIVADO
Sigman puntualizó y elogió dos trabajos sobre tratamiento de la enfermedad que se están desarrollando en el país, de la mano de la gestión de la pandemia del Poder Ejecutivo.
“En Argentina nosotros trabajamos con dos investigaciones que pueden contribuir a cortar la enfermedad. Tanto el Ministerio de Ciencia y Tecnología como el Ministerio de Salud han hecho bastantes esfuerzos para ayudar con recursos económicos a las compañías para que pudieran investigar. También el Ministerio de Producción dio créditos y subsidios junto con el BICE para que distintas compañías pudieran investigar”.
“Nosotros nos concentramos en dos productos. Uno es una vieja molécula de más de 40 años de actividad por la cual dos personas, el japonés Satoshi Omuray y el norteamericano William Campbellm, ganaron el premio Nobel de Medicina en 2015, que comenzó a usarse como un antiparasitario en animales, que es la ivermectina. Queríamos saber si la ivermectina en altas dosis reducía la carga viral en nuestro cuerpo", precisó.
Y agregó que "esta idea surge de una investigación realizada por una universidad australiana hace cinco meses, en la que hallaron que, cuando se infectan células de mamíferos en laboratorio, llamadas Vero, y le aplican ivermectina en altas dosis, se neutraliza al virus y evita que el mismo se replique e infecte la célula".
“El trabajo lo hizo el Hospital Garrahan en 700 pacientes aplicándoles ivermectina. Hallamos que quienes asimilaban mejor la ivermectina tenían menos carga viral. Este trabajo se presentará próximamente. El producto se está usando masivamente en Argentina. Haría falta ajustar la dosis y calidad del mismo. Tiene la ventaja de ser barata, oral y ser un tratamiento accesible a cualquier persona”, aclaró.
Y continuó: “Otra investigación que hicimos es el desarrollo de suero equino hiperinmune. Observamos que los anticuerpos producidos por el caballo podían inhibir el virus. Presentamos en la ANMAT un estudio con 244 pacientes, en los que la mitad de ellos recibían el suero y la otra mitad un placebo. Ese estudio se dará a conocer también en los próximos días”.