Tras varias críticas a su función en plena pandemia y con tensiones internas incluidas en el Frente de Todos, finalmente María Eugenia Bielsa sería la primera funcionaria en renunciar el Gabinete Nacional y dejaría de ser la ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat después de 11 meses en su cargo.
De esta forma la dirigente santafecina, de amplia trayectoria pero sin anclaje en ninguno de los espacios políticos que integran el Frente de Todos, sería la primera funcionaria en abandonar su cargo luego de la carta de
Cristina Fernández Kirchner en la que marcaba que había
"funcionarios y funcionarias que no funcionan".
El rumor era vox populi hace varias semanas, aunque no era el único y estaba acompañado por otros apellidos. El anuncio formal de la salida de Bielsa sería mañana, según indican las versiones periodísticas, aunque después del trascendido es esperable que ese plazo se modifique.
Según la versión que llegó a la mayor parte de los medios, el reemplazante de Bielsa sería el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi. Sin embargo, cabe señalarse que no se trata de una información confimada formalmente.
Ferraresi es un dirigente cercano a la Vicepresidenta pero que también es muy valorado por el presidente
Alberto Fernández, principalmente en base a su probado éxito de gestión en el municipio del sur del conurbano bonaerense. De hecho, compartió varios actos con el mandatario en el último tiempo y fue muy elogiado.
Bielsa es una dirigente muy valorada por Alberto, por esa razón es esperable una posible reubicación. Su llegada al Gobierno se produjo luego de que perdiera en internas en Santa Fe ante el actual gobernador, Omar Perotti, pero se lograra sostener la unidad del peronismo en esa provincia.
Hace semanas, la futura ex ministra es una de las más cuestionadas y nombradas a la hora de apostar por recambio. Las versiones indican que no tiene buenos lazos con el Instituto Patria, tampoco con el Frente Renvador ni con La Cámpora. La misma situación ocurre con los movimientos sociales y los sindicatos.
Las malas condiciones habitacionales de muchísimos argentinos quedaron en primer plano durante la pandemia, con las tomas de terrenos en Guernica y otras localidades, así como las dificultades para acelerar la gestión de la urbanización de villas, programa muy valorado por el Presidente.