Tal como se esperaba,
el golpe de la pandemia del coronavirus y las restricciones para contener los contagios sobre la situación social de los más necesitados fue durísimo: el INDEC informó que la Pobreza escaló hasta el 40,9% al cierre del primer semestre, lo que significa un incremento de 5,5 puntos porcentual respecto al 35,4% de igual período de 2019.
El porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza, en tanto, alcanzó el 30,4%. En estos residen el 40,9% de las personas que están en esa situación.
En el marco de ese universo de viviendas, un 8,1% está por debajo de la línea de indigencia y esa cifra incluye al 10,5% de las personas.
Esto implica, según informó el INDEC, que,
para el universo de los 31 aglomerados urbanos que abarca la Encuesta Permanente de Hogares, 11.680.575 personas son pobres y, en ese universo, están incluidas 2.995.878 personas indigentes. Si estos datos se trasladan al número total de habitantes de la Argentina, los pobres son alrededor de 18.500.000.
De acuerdo a los últimos datos disponibles, el 60% de la población percibía ingresos de hasta $ 27.000 por mes al término del segundo trimestre del año, en medio de una desmejora de la distribución según el coeficiente de Gini.
En comparación con el último semestre de 2019, cuando aún gobernaba Mauricio Macri, el incremento fue de poco más de cinco puntos porcentuales. Entre junio y diciembre del año pasado, la pobreza llegó al 35,5 por ciento.
La cifra conocida hoy es la más alta desde primer semestre 2004 que fue del 44,3%. A fines del 2001, antes del estallido de la convertibilidad, se ubicaba en el 38,3% y en el segundo semestre del 2002 saltó al 57,5%.
Desde el Gobierno, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, destacó en diálogo con C5N que el aumento a casi 41% de pobreza se amortiguó gracias a las políticas lanzadas desde el Estado, como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), la Tarjeta Alimentaria, y demás ayudas a personas y empresas.