Quedó confirmado que el niño de Plottier que muró a mediados de agosto, y a quien sus padres administraban dióxido de cloro, falleció a causa de esa ingesta, tal como concluyó la Junta Médica que analizó los resultados de la autopsia y otros estudios a pedido del Ministerio Público Fiscal (MPF) neuquino.
Tras conocerse el resultado del informe de los especialistas, la fiscal Sandra Ruixo
“analiza si realizará imputaciones y eventualmente por qué delito y a quién o quiénes comprenderá”, indicó en un comunicado el MPF.
El primer informe de la autopsia había establecido que la muerte se debió a un “fallo multiorgánico” pero no pudo determinar los motivos, hecho que llevó a que Ruixo a solicitar la intervención de la Junta.
El cuerpo de expertos convocado por la fiscal “analizó los resultados de la autopsia y estudios bioquímicos, y respondió tres aspectos que consultó la representante del Ministerio Público Fiscal: 1) Causa del fallo multiorgánico revelado por la autopsia; 2) En caso de haber sido originado por una intoxicación, cuál fue la sustancia que lo produjo; 3) Si esa sustancia es compatible con dióxido de cloro”.
Acerca de la causa del fallo,
"la junta médica sostuvo que una etiología tóxica sería compatible con el cuadro descripto”, mientras que podría atribuirse a "la ingesta de una sustancia química cáustica". Finalmente, la Junta concluyó que
"los hallazgos descriptos son compatibles con la ingesta de dicho producto, en referencia al dióxido de cloro”, informó el MPF.
El comunicado detalló también que la fiscal “analiza si realizará imputaciones y eventualmente por qué delito y a quién o quiénes comprenderá”. Hasta el momento, la investigación tramita como muerte dudosa, y no hay imputados ni detenidos. Esa situación podría cambiar, en función del resultado de estudios "anatomopatológicos y toxicológicos” aún pendientes, y que están a cargo de los especialistas del Cuerpo Médico Forense y del sistema público de salud que conforman la Junta Médica.
La investigación se basa en la información brindada por el médico que atendió al niño el 15 de agosto a la madrugada, en el hospital de Plottier, adonde había sido llevado por sus familiares directos.
El médico "afirmó que los familiares dijeron que le habían dado en forma previa y a modo preventivo por la covid-19, dióxido de cloro”, aseguró el MPF.
La polémica periodista Viviana Canosa bebió -supuestamente- dióxido de cloro en vivo y recomendó su ingesta para "oxigenar" la sangre, además de sugerir implícitamente que sirve contra el coronavirus, tan sólo unos diez días antes de la muerte del chico, pese a que no había ninguna evidencia científica que lo sustente y, por el contrario, la referencia de los organismos que regulan las sustancias químicas y la salud sostienen que es tóxico.
El dióxido de cloro es un gas de color amarillo o amarillo-rojizo utilizado como blanqueador en la fabricación de papel, en plantas públicas de tratamiento de agua y en el proceso de descontaminación de construcciones.
Los organismos que alertaron sobre la toxicidad del consumo de dióxido de Claro son la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Organización Mundial de la Salud (OMS), Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT, Argentina) y Múltiples Sociedades y Organismos Científicos Iberoamericanos especializados en Toxicología.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) desaconsejó de manera "enfática" el uso del dióxido de cloro y sus derivados para el tratamiento contra el coronavirus tras constatar que es ofrecido "como milagroso" por algunas compañías o personas en países de América Latina.