Todavía faltan nueve meses para las elecciones presidenciales y en el "equipo" de Mauricio Macri se encaminan hacia una guerra fría, que podría calentarse, por conseguir los cargos más importantes que quedarían disponibles en caso de que Cambiemos consiga un triunfo:
se trata de la herencia del otrora poderoso Emilio Monzó, el actual titular de la Cámara de Diputados, que ya avisó que no continuará en su lugar después de diciembre y el importante espacio que ocupa es sitio de batalla entre la dupla Marcos Peña- Elisa Carrió y María Eugenia Vidal.
A pesar de las dudas que suscita la continuidad de Macri y Cambiemos en la Casa Rosada producto del fracaso económico y las no muy promisorias encuestas, Monzó anunció que no renovará su banca como legislador y, según las versiones más creíbles, tendría previsto viajar a Madrid rumbo a la embajada en España, si al macrismo le va bien en octubre, claro.
Por eso, según Clarín, hay una carrera entre seis nombres que quieren hacerse cargo de la sucesión de Monzó y que suenan en la Casa Rosada. No obstante,
hay dos que pican en punta y que, como correlato, son los que dividen fuerte a Peña y "Lilita", que trabajan codo a codo, de Vidal.
"El reemplazante tiene que ser alguien muy propio de Mauricio, pero con la suficiente amplitud para que la oposición lo reciba bien", le dijo una fuente de "la mesa de la cúpula del PRO" al mismo medio, aunque la postura oficial de Cambiemos sería dar esas discusiones pos elecciones.
En ese contexto,
los dos que pelean cabeza a cabeza son el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli; y el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo. Ambos coinciden en su origen peronista, en ostentar cierto respeto de la oposición y en tener experiencia de haber manejado la Legislatura porteña.
Pero lo central,
no obstante, no son aquellas cualidades y condiciones en las que coinciden, sino más bien quién o quienes apadrinan: a Santilli lo promueven Peña y Carrió, mientras que a Ritondo lo impulsa su actual jefa, Vidal.
El número dos de
Horacio Rodríguez Larreta ya sonó como la carta a la que apostaba Peña para desplazar a Monzó a final de 2017, algo que finalmente no sucedió debido a que el jefe de Gabinete y el titular de Diputados hicieron las paces previo al inicio de la campaña legislativa.
Según Clarín,
Peña no siente devoción por Santilli, pero le confía casi como a ningún otro dirigente peronista. Pero además, sería bien recibido por Carrió, la líder de la Coalición Cívica a la que convenció de ser candidata por la Ciudad, lo cual, teniendo en cuenta la verborragia de "Lilita", no es un dato menor.
Si Santilli pudiera elegir, no renovaría como vicejefe de Gobierno, para mantener latente la chance de sucederlo a Larreta. Pero su suerte está atada a lo que decida el jefe de Gobierno. No hay un nombre firme para ir en la fórmula porteña PRO, pero quienes lo frecuentan aseguran que el jefe de Gobierno no se opondrá a darle vuelo a nivel nacional a uno de sus principales brazos políticos, justo en la etapa en la que empezará dar la pelea interna por suceder a Macri en 2023.
Ritondo, por el contrario, es resistido por Peña y por Carrió, pero cuenta con el poderoso aval de Vidal, tal vez la única dirigente de Cambiemos que pone nervioso a Macri en términos de su vuelo propio.
La mandataria bonaerense destaca el trabajo de Ritondo al frente del Ministerio de Seguridad pero sabe el desgaste que implica esa "silla eléctrica", como definen el cargo en la Provincia. Por eso no vería mal que su funcionario volviera a trabajar bajo la órbita del Presidente.
"Cristian va a hacer lo que le pidan María Eugenia y Federico (Salvai, el jefe de Gabinete)", repiten, con insistencia, cerca del ministro. Vidal y Salvai saben que Diputados es uno de los pocos lugares con el que pueden “premiar” a su soldado.
Otros cuatro nombres suenan, pero sin muchas chances:
Carmen Polledo, la legisladora porteña favorita de Macri;
Mario Quintana, hombre con aval de Carrió también, que tiene ganas de volver al Gobierno;
Alfredo Cornejo, el gobernador radical de Mendoza que no puede reelegir; y nada más y nada menos que
Carolina Stanley, la ministra de Desarrollo Social, que no contaría con obstáculos vidalistas porque es la esposa de Salvai, pero que tiene un hipotético futuro "mayor" como posible candidata a vice del líder PRO.