La Conmebol conifrmó lo que preveía, la final largamente suspendida entre River y Boca por la Copa Libertadores se jugará pero fuera de Argentina. Minutos antes de que se conociera que el organismo que rige al fútbol sudamericano rechazó el pedido del "Xeneize" para descalificar a su rival,
el Presidente de España anunció que organizará el encuentro.
Durante todo el jueves se rumoreó que la esperada revancha del torneo continental finalmente se jugaría en el Estadio Santiago Bernabeu del Real Madrid, en España. Fue el propio Pedro Sánchez el que se anticipó y confirmó los rumores.
Atrás quedaron las negociaciones de Mauricio Macri por intentar que el encuentro se realice en Argentina, las mismas que fueron confirmadas por el presidente de River, Rodolfo D'Onofrio. No lo logró.
Días atrás,
Conmebol ya había anunciado que la gestión de Cambiemos no era capaz de organizar el operativo de seguridad.
¿El argumento?, que en nuestro país "no están las condiciones dadas para disputar el partido". En menos de un mes Macri pasó de intentar jugar con visitantes a ni siquiera poder garantizar la seguridad de un micro.
El Superclásico se convirtió en un Superfracaso a dirimir en otro país. Sin dudas, la página más negra de la historia del fútbol argentino desde la recuperación de la democracia.