08.11.2018 / El análisis de un activista por el derecho al voto de las minorías

Andres Chong Qui Torres: "las elecciones le dijeron a Trump que pare con el discurso del odio"

Para analizar el resultado de las elecciones de medio término en Estados Unidos entrevistamos a Andrés Chong Qui Torres. Es integrante de SIPA, un grupo de activistas de la Universidad de Columbia que busca garantizar el acceso al voto de las minorías. El mensaje para Donald Trump, los obstáculos del sistema electoral norteamericano y el futuro del Partido Demócrata. Leélo acá.

por Tomás Aguerre




Andres Chong Qui Torres es ecuatoriano y vive en Nueva York. Trabajó como delegado de la Casa Blanca en el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos durante la administración de Barack Obama y hoy realiza sus actividades académicas en la Universidad de Columbia.

Las elecciones del martes pasado en Estados Unidos lo tocaron de cerca. Es uno de los organizadores de SIPA Civic and Voter Engagement Coalition, un grupo de la universidad de Columbia que busca impulsar el ejercicio del derecho al voto entre las minorías del país. Ese trabajo lo llevó a la campaña demócrata en el estado de Florida, donde estuvo el martes pasado siguiendo de cerca la elección. Hablamos sobre la elección en ese estado, la estrategia del Partido Demócrata y las dificultades del sistema electoral norteamericano.

A medida que pasan los días el balance para el Partido Demócrata parece más positivo, ¿esto es así?

Sí, el balance es absolutamente positivo. Estamos muy contentos por el resultado porque se retoma la Cámara Baja para los demócratas que va a ser un contrapeso de poder importante contra las políticas de Trump y la agenda republicana. Va a haber un poco de bloqueo pero al mismo tiempo es una manera importante de decirle a Trump “basta con la retórica de odio”, van a tener que negociar. El punto número uno en la agenda demócrata va a ser retomar la Voting Right Act, el acta de derechos al voto que fue suprimida por los republicanos.

¿Y en Florida en particular, donde te tocó estar?

En Florida pasó algo muy importante que fue la aprobación de la enmienda número 4. Esa enmienda dice que una persona que estuvo en la cárcel y cumplió su condena puede votar. No hay razones constitucionales que se lo impidan pero los gobernadores republicanos inventaron una ley de la nada para prohibirles votar. Eso la gente decidió cambiarlo y es importantísimo porque hay 1.4 millones de nuevos votantes para 2020.



Otro de los ejes positivos fue la aparición de nuevas candidatas y candidatos dentro del Partido Demócrata, ¿cómo viste ese proceso?

Fue lo más impresionante de toda esta campaña. Lo más vibrante de esta campaña fue el voto de las mujeres como un rechazo categórico en contra de la administración de Trump y contra la retórica de odio. Las mujeres, a lo largo y a lo ancho de este país, lograron llegar a juezas,  representantes estatales, senadoras y congresistas federales. Las mujeres han sido las grandes ganadoras a nivel nacional, local y estatal. Las mujeres que representaban minorías, como Alexandria Ocasio Cortez en Nueva York en el Bronx, Jesica Ramos en Queens o Xochitl Torres Small de Nuevo México. También diferentes figuras como Debbie Mucarsel Powell que es una ecuatoriana que ganó en Florida. Este es un estado que fue toda la vida dependiente de la “política cubana” y sin embargo se ha diversificado. Hay colombianos, ecuatorianos, venezolanos, argentinos involucrados en la política local. El voto cubano ya no decide solamente por los republicanos y además ya no es el único voto que decide las cosas. Miami, como se ha podido ver en las últimas cuatro elecciones, está inclinándose hacia los demócratas. Al mismo tiempo, nos damos cuenta que Miami no puede llevar todo el peso del estado de Florida porque está dejando la línea de “Floribama”, como le decimos a la línea que va de Florida a Alabama y todo el área de Tallahassee y del norte que votan abrumadoramente republicanos.

Si tuvieras que decir cuál fue el factor que más tuvo en cuenta la gente a la hora de votar en esta elección, ¿qué dirías? ¿Fue Trump, la economía, los temas de la agenda cotidiana?

Eso es un tema que está generando mucho debate en el Partido Demócrata. Hay quienes tienden a pensar que el empuje hacia lo más progresista del partido es positivo y que los votos que obtuvieron Ocasio Cortez en Nueva York o incluso Andrew Gillum en Florida demuestran que un mensaje más progresista no espanta necesariamente. Pero hay otro grupo que dice que quizás ese no es el mejor mensaje para las personas en Florida, donde hacía falta atrapar un poco más de voto independiente, como el voto cubano de Miami por ejemplo que no se siente nada cómodo con algo que huela a socialismo.

¿Vos qué pensás?

Creo que a nivel local tenemos que ser estratégicos. No se puede hacer la misma campaña en el Bronx que en Florida porque la demografía y la ideología es diferente. En Nueva York la gente es extremadamente progresista y los demócratas ni siquiera se tienen que preocupar por hacer campaña para las generales. En Florida, en cambio, la gente vota 50/50 casi que cualquiera que sea la opción. En Miami, las congresistas que lograron ganar como Debbie Mucarsel-Powell o Donna Shalala, ex presidenta de la Universidad de Miami, lo hicieron con plataformas moderadas y enfocadas en temas como la salud. Entonces de lo que se trata es del mensaje: qué le importa a la gente. No les importan tanto los nombres y las nomenclaturas sino en qué te estás enfocando. Y las candidatas y candidatos se enfocaron en salud, educación y trabajo. Cuando se quiere hacer la misma campaña en todo el país ahí pierden los demócratas.

¿Por qué?

Porque tienen una coalición demasiado diversa: representan afroamericanos, latinos, minorías, comunidades LGTB. Los republicanos representan un bloque demasiado homogéneo entonces es más fácil.



Hablaste al principio de retomar la agenda de modificar las leyes de acceso al voto. Ustedes desde SIPA están comprometidos con esa agenda, ¿qué tipo de trabajo hacen?

La misión más importante del grupo es empoderar, educar y ayudar a que las personas internalicen el capital político que tienen a través de ejercitar su derecho democrático al voto. Esto lo hacemos en todo el país, sin importar raza, color, sexo, género o nivel económico. Pero también tenemos que ser sinceros y decir que el énfasis está puesto en personas jóvenes, millenials y aquellos que históricamente han sido relegados en la representación de este país. Latinos, afroamericanos y otras minorías.

Justamente algo que se decía previo a la elección es que había un serio riesgo de que esos electores finalmente decidieran no votar y le den un triunfo a Trump. ¿Pasó eso o el rechazo a Trump los hizo salir a votar?

Los datos preliminares, porque todavía hay que esperar los resultados oficiales, nos muestran que sí salieron a votar, tanto los jóvenes como las minorías, de manera masiva. Especialmente si comparamos con una elección presidencial, porque las elecciones de medio término en general las personas - y especialmente los demócratas - no van a votar y por eso después se crean mayorías republicanas. Así consiguieron mantener puestos importantes a nivel del estado y locales. Esto está cambiando y lo está haciendo rápidamente como vimos el martes. A nivel jueces, autoridades locales, pudimos ver que los demócratas salieron a votar porque se dieron cuenta que si los republicanos mantenían ese poder a nivel local iban a seguir obstaculizando el derecho de las minorías a votar.

¿A qué te referís con obstaculizar?

Tenemos que hablar de cinco puntos importantes que nosotros vimos en el territorio, mientras hacíamos campaña en Miami, y que tendrían que significar un cambio radical para este país. En primer lugar, las filas para votar no deberían tomar más de 30 minutos. Segundo: el día de la elección debería ser feriado. Tercero, debería existir un sistema de empadronamiento automático, es una ridiculez que en este país, en el 2018, haya que registrarse para votar. Son demasiados obstáculos. En cuarto lugar, habría que extender la posibilidad de votar por correo a todos los estados sin excepción. Y, finalmente, lo que me parece más importante es que las máquinas de votación tengan que emitir sí o sí un ticket de papel. También que las auditorías sean standard, que se hagan obligatoriamente.

¿Por qué esto último?

Porque hubo situaciones como las que ocurrieron en Georgia, donde el gobernador que está a cargo de las elecciones como máxima autoridad debería haberse excusado y no lo hizo. No se puede ser juez y parte de la campaña electoral. Y estas cosas sin importantes no se puede decir “sean buenos perdedores” porque hay una parte de la historia que no se está contando.

¿Por ejemplo?

Los obstáculos para votar pero también lo sistemático que han sido los republicanos en implementar estas medidas. Nosotros tenemos evidencia que demuestra cómo se han impedido votos porque supuestamente las firmas no coincidían con los registros. Tan mal está el sistema que incluso algunos gobernadores republicanos tuvieron problemas para votar porque sus firmas no coincidían. Pero eso esconde que la mayoría de los votos que fueron anulados son votos afroamericanos, latinos y de minorías. Eso es preocupante.