El Instituto Superior de Formación Docente (ISFD) “Prof. Vicente D’Abramo” 35 de Monte Grande fue escenario de un hecho profundamente alarmante: una nota con amenazas apareció pegada en una cartelera del establecimiento. En el mensaje, escrito a mano en una hoja de cuaderno, se promueven ideas que remiten directamente a la última dictadura militar. “La única solución es erradicar a los zurdos de dicho lugar, ya sea matando a uno o traer algunos Ford Falcon verdes y hacerlos desaparecer. Hagamos Patria. Es una promesa”, dice el texto que ahora investiga la institución.
El contenido de la nota no sólo incita a la violencia, sino que se alinea con un discurso de extrema derecha que hoy resurge con fuerza en ciertos sectores políticos. El agresor escribe que los alumnos no deben “dejarse llevar por los zurdos”, a quienes vincula con figuras del peronismo y el kirchnerismo: “son amigos de Kicillof, de Cristina y de todos los kukas del país”. La mención a “los kukas” como enemigos del orden se repite en otra frase: “A los kukas no les importa la República. Sólo quieren beneficios y/o privilegios”.
Este tipo de amenazas no pueden analizarse como hechos aislados. Se inscriben en un clima de época que habilita, justifica y hasta celebra la violencia simbólica y física contra quienes piensan distinto. No es casual que el mensaje se refiera a los Ford Falcon verdes, emblema de los secuestros y desapariciones durante el terrorismo de Estado. La apelación a estos símbolos no es ingenua: busca sembrar el miedo y disciplinar ideológicamente a los estudiantes.
En el ámbito educativo, donde deberían primar el pensamiento crítico, la memoria y los valores democráticos, resulta inaceptable la aparición de este tipo de mensajes. La educación es una herramienta para la construcción de una sociedad más justa, no un espacio para reproducir discursos de odio que proponen como “solución” el exterminio del adversario político. La gravedad del hecho requiere una respuesta clara y colectiva por parte de la comunidad educativa y las autoridades.
Desde el instituto informaron que el mensaje fue retirado y que se inició una investigación para dar con el o los responsables. Pero más allá de la acción administrativa, lo urgente es recuperar el sentido de la memoria, la verdad y la justicia en tiempos en que algunos sectores intentan relativizar –o directamente reivindicar– los crímenes de la dictadura. No se trata sólo de un papel en una cartelera: se trata del futuro democrático del país.