La crisis que llevó al dólar a superar los $40 obligó al Gobierno a realizar anuncios políticos -modificación del Gabinete- y económicos -retenciones para todas las exportaciones- inmediatos, pero, fundamentalmente, tuvo como consecuencia central el estallido en mil pedazos de lo que
Carlos Melconian llamó "Plan B" y la aplicación de lo que el extitular del Banco Nación denominó "Plan C". Es decir, un ajuste sobre el ajuste. Sin embargo,
la situación no sólo se evidencia en lo que viene sino también en lo que ya se marca en los números tanto de la economía real como de la financiera.
Es que según estimaciones privadas,
con la administración de Mauricio Macri la Argentina sufre de tres indicadores que encienden las alarmas: el peso de la deuda tomó niveles de 2005 y ya representa más del 80% del PBI, la cantidad de contrataciones de trabajo privado en blanco se desplomaron a la altura de 2002 con la crisis del gobierno de Fernando de la Rúa, y hay sectores de la industria que están usando menos del 50% de su capacidad instalada de forma completa.
DEUDA
En cuanto al peso de la deuda como porcentaje del PBI, el acelerado incremento del rojo efectuado por la administración de Macri y el efecto de la escalada del dólar con una elevada proporción del pasivo nominado en moneda extranjera se traduce en que,
a fines de agosto, el endeudamiento superara el 90% y que rozara el 80%, porcentaje que no tocaba desde 2005.
Según estimaciones del
Estudio Broda que publicó
El Cronista, con el primer acuerdo con el FMI, el que Macri anunció en junio, se esperaba un tipo de cambio de $28,80 y un crecimiento de la economía de 0,4%, variables que ubicaría al peso de la deuda en un 64,5% del PBI.
Sin embargo, en el "escenario adverso" estipulado en el acuerdo con el Fondo se preveía que la divisa podía subir a $32,20 y que no habría expansión sino una caída del 1,3%, lo que llevaba a la deuda a un 68,6% del producto. Eso tampoco pasó, y en junio el dólar llegó a $ 33,3 y la economía ya estaba con una expectativa a la baja de 0,7%, lo que produjo como resultado que la deuda ascendiera a 70,4% del PBI.
Luego,
la semana más crítica llevó al tipo de cambio a superar los $40, con una estimación oficial de dólar de casi $45 y caída de la economía de 2,4%, y allí el peso de la deuda se fue a 92% del PBI. Ahora,
con un dólar en casi $38, el endeudamiento sobre Producto Bruto Interno está en torno a 81,7%.
SIN GENERACIÓN DE "EMPLEO GENUINO"
La fuerte crisis, con corrida cambiaria y devaluación profunda, también tuvo un
duro impacto en el mercado de trabajo: las empresas privadas están contratando tan pocos trabajadores en blanco como después de la última gran crisis, aquella que llevó a que Fernando de la Rúa abandonara la Casa Rosada en helicóptero.
Esta afirmación se desprende de los datos del Sistema Integrado de Previsión Social (SIPA) que informa el exMinisterio de Trabajo -hoy Secretaría- a cargo de
Jorge Triaca, con dos meses de demora.
Después de conocerse que en la primera mitad del año se perdieron más de 106 mil puestos de trabajo, que en el caso del mes de junio llevó a que la diferencia entre altas registradas en la AFIP y las bajas arrojara una pérdida de 13.500 empleos formales,
el economista Pablo Neira destacó que con un tasa de entrada de 1,67 puestos de trabajo formales en el sector privado (media móvil entre mayo y julio) por cada cien empleos en blanco, la cantidad de contrataciones de redujo a niveles que no se observaban desde fines de 2002.
Al agregar al análisis la evolución de los despidos,
la tasa de entrada neta pasa ser negativa y describe que entre mayo y julio por cada cien empleos en blanco se perdían 0,19 puestos de trabajo en el sector privado formal. "El ritmo de destrucción del empleo formal sólo es igualado por 2016, 2012, 2008-09 (crisis internacional) y 2001-02", explicó en su cuenta de twitter el economista.
"En un contexto donde la tasa de actividad crece (efecto trabajador adicional por la caída del poder adquisitivo), la crisis del sector privado formal desembocará en un crecimiento de la precarización laboral y/o del desempleo", completó.
LA INDUSTRIA, APAGADA
Según un artículo publicado por BAE,
el impacto de la crisis económica llevó a que las máquinas en actividad sean apenas seis de cada diez en la industria nacional, pero con el duro dato de que incluso hay sectores que están por debajo del 50% de su capacidad instalada funcionando de manera completa.
¿Las razones? Según estimaciones de la UIA adelantadas por ese medio, el desplome del consumo en el mercado interno y la presión impositiva para la exportación anunciada por Macri generaron un escenario de mayor recesión en la actividad fabril que en el resto de la economía, situación que -como se expresa en el anterior apartado- profundizó las preocupaciones por la caída del empleo y las bajas perspectivas de que se generen nuevos puestos de trabajo.
"Estamos trabajando a media máquina, y ya no es una metáfora. Escuchamos al Presidente con un sentimiento más cercano a lo que nos pasa, pero da definiciones erróneas que demuestran que está mal asesorado o que vive en un mundo alejado de la realidad", sostuvo el dueño de una textil que estuvo en la 24° Conferencia Industrial de la UIA.
En ese mismo sentido, los empresarios fabriles pronostican una recesión extendida, de "al menos un año", en donde la reducción del funcionamiento de las fábricas los coloca en posición de no negar una profundización de la crisis laboral. "Lo último que queremos hacer es perder a los trabajadores que nos costó capacitar, pero ya estamos en un contexto de eliminación de horas extras y cierre de plantas temporarias", confirmó el líder de una compañía alimenticia.