A pesar de la nueva intervención del Banco Central de la República Argentina con el sacrificio de u$s 400 millones,
el dólar se desperezó del fin de semana XXL y retomó su tendencia alcista al superar por primera vez los $21 y alcanzar un nuevo máximo histórico de $ 21,52.
Con este nuevo máximo,
la divisa norteamericana creció 62 centavos, según el promedio elaborado por Ámbito Financiero obtenido de agencias y bancos de la city porteña.
Mientras en el mundo de los economistas es secreto a voces que el Gobierno deberá actualizar hacia arriba sus expectativas inflacionarias,
el billete estadounidense, de esta manera, registró su mayor suba desde el 28 de diciembre, el día en que se anunció el nuevo esquema de metas de inflación, cuando se disparó 67 centavos a $19,46.
El avance del minorista se produjo en sintonía con el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), donde la divisa subió 66 centavos a $ 21,20, pese a que el Banco Central salió a intervenir con ventas para ponerle un techo cuando la moneda norteamericana operaba a $ 20,90.
La semana pasada, el Banco Central vendió exactamente 4.343 millones de dólares de sus reservas y fijó la tasa de referencia, la del centro del corredor de pases a siete días de plazo, en un 30,25%. Sin embargo, los esfuerzos no permitieron poner bajo control la cotización.
Las medidas de la entidad que preside
Federico Sturzenegger apuntan a reducir las expectativas de devaluación y, con eso, a contener la inflación, en línea con la promesa del Gobierno de que el índice de precios al consumidor se reduzca a partir de este mes, pero el remedio puede dar lugar a un mayor enfriamiento del consumo y a una retracción de la economía.
Sin embargo,
reconocidos economistas consultados por el portal LetraP sostuvieron que el fracaso en la contención del billete verde con sacrificio de reservas y la imparable escalada generarán todo lo que el titular del BCRA, Federico Sturzenegger, no quiere: más inflación y menos crecimiento.
Tras el fállido "recalculando" del Gobierno del 28 de diciembre que borró con el codo el Presupuesto 2018 que el propio Ejecutivo escribió con la mano, las convulsiones cambiarias sumadas a su consecuente impacto en las tasas de interés de referencia llevan a rever, incluso, los pronósticos del Relevamiento de Expectativas de Mercado (RER) que mes a mes realiza el BCRA. Estos, sostuvieron en abril una proyección anual de inflación del 20,3% y 2,5% en cuanto a crecimiento.
"Con la tasa de interés de los Bonos del Tesoro a 10 años en Estados Unidos en el 3%, en todos lados hay un cierre de posiciones de carry trade (apostar a tasas de otras monedas para ganarle al dólar). Esto le pone presión adicional al pedo", señaló Germán Fermo, el director del MBA de la UCEMA..
En esa línea agregó que "pareciera que el Banco Central recurre nuevamente a la tasa como herramienta, aunque no se entiende bien si es para frenar la inflación, para frenar el dólar, o las dos cosas", por lo cual
"la política monetaria no es clara y debería serlo".
Según explicó el economista
Rodoflo Santangelo al mismo medio, el Gobierno ya debería trabajar sobre un índice inflacionario anual no muy diferente al 24,8% de 2017.
"No creo que la inflación baje, aunque eso va a depender del nivel al que se estabilice el dólar y de lo que pase con las tarifas", dijo.
Para
Mariano Kestelboin, docente de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV),
"la suba del dólar genera un enorme desconcierto y un gran riesgo de acelaración inflacionaria, porque el pass through, es decir el impacto de la devaluación sobre los precios, es mucho más potente cuando los formadores de precios advierten el descontrol".
Por eso, finalmente
no descartó una "recesión suave" y pronosticó que "el impacto de la devaluación también seguirá motorizando el proceso inflacionario en niveles muy altos, como los de los últimos meses, en torno al 2,5% mensual".