A menos de 15 días del cuestionado nacional e internacionalmente pedido de desafuero y detención de la expresidenta y actual senadora nacional
Cristina Fernández de Kirchner,
revelaron las estadísticas de la distribución de causas entre los 12 juzgados federales de Comodoro Py y de allí surgió
cómo es el reparto de investigaciones de corrupción y quién es el magistrado al que más expedientes sensibles contra -principalmente- ex funcionarios le asignaron de 2013 hasta la actualidad.
Sobre un universo de 306 causas por corrupción contra funcionarios y exfuncionarios públicos, por lejos, el juez que salió más "beneficiado" por el sorteo fue Claudio Bonadio, el titular del juzgado federal Nº 11, quien
estuvo y está a cargo de una gran cantidad de investigaciones contra dirigentes que formaron parte del gobierno kirchnerista y, particularmente, el magistrado que
elevó a juicio oral a CFK por "dólar futuro", la procesó por "Los Sauces" y pidió su desafuero como senadora nacional y su posterior detención por supuesto encubrimiento y traición a la patria por la denuncia del exfiscal Alberto Nisman sobre el caso AMIA.
Bonadio recibió 55 expedientes de corrupción entre julio de 2013 y la actualidad, sobre un universo total de 306 investigaciones de esta índole, según publicó La Nación de la observación de la distribución de los casos publicados en el Centro de Información Judicial (CIJ), producto del análisis de datos realizado por un grupo de programadores y matemáticos coordinados por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) y la Fundación Conocimiento Abierto.
Se trata de casi el doble de causas de corrupción que el segundo juez al que más investigaciones le asignaron durante ese período, sextuplicó a su par menos sorteado, mientras que a 9 de los 12 magistrados que habitan el mundo Comodoro Py les tocaron menos de 30 expedientes de ese tipo.
Mientras Bonadio se quedó con 55 denuncias de corrupción, en el otro extremo de la tabla, María Romilda Servini de Cubría (juzgado federal Nº1) recibió recibió sólo 9 expedientes. Sebastían Ramos (juzgado federal Nº2) salió sorteado 34 veces; Luis Rodríguez (juzgado federal Nº9), 32; Sergio Torres (juzgado federal Nº12), 28; Sebastián Casanello (juzgado federal Nº7) y Marcelo Martínez De Giorgi (juzgado federal Nº8), 26; Ariel Lijo (juzgado federal Nº4), 24; Julián Ercolini (juzgado federal Nº10), 20; Rodolfo Canicoba Corral (juzgado federal Nº), 19; Daniel Rafecas (juzgado federal Nº3), 18; y el juzgado de Oyarbide (Nº5, ahora subrogado por De Giorgi) salió en 16 oportunidades.
"La inequitativa distribución de causas de alto impacto político puede corresponder a una causalidad inverosímil o a una manipulación escandalosa. Los últimos peritajes sobre el sistema sugieren que es posible esta última opción", sentenció Pablo Slonimsqui, autor del libro Forum Shopping, aunque podría haber causas de corrupción que no estén en el sitio web de la Justicia, ya que recae en cada juez la decisión de dar a conocer sus casos.
De hecho, hay una investigación en curso respecto del sistema de sorteos y su manipulabilidad. Las conclusiones de la primera etapa del proceso ordenado por Servini de Cubría señalaron que los jueces podrían ser digitados y que una indeterminada cantidad de usuarios del sistema Lex 100, no identificados, pueden introducir diversos cambios, además de dirigir los sorteos. Entre esos cambios se encuentran, incluso, eventuales alteraciones a los textos de los expedientes.
También es inequitativa, aunque muchos menos que en el el caso de investigaciones por corrupción, en los últimos cuatro años y medio, la distribución general:
mientras algunos juzgados recibieron más de 3 mil denuncias, mediante el sorteo de asignación de causas, otros apenas superaron las 2300, una brecha de alrededor del 20%.
El actual sistema de sorteos se implementó en 2013 y fue un progreso respecto de la metodología anterior, sospechada de forum shopping, es decir, de maniobras para elegir el magistrado más amigable a ciertos intereses.
El mecanismo viejo no siempre sorteaba. Había seis juzgados de turno por quincena que salían del bolillero a medida que recibían una denuncia. Por lo tanto, una vez que se realizaban los primeros cinco sorteos, en el sexto la causa se asignaba al juzgado faltante, sin opción, siendo pasible de manipulación.
A pesar de la escandalosa distribución de causas por corrupción sospechada de "manipulación escandalosa", los especialistas describen al actual Lex 100 como un sistema que aplica un algoritmo más complejo que el método anterior. La regla principal es que nunca puede haber menos de tres juzgados por sorteo. El sistema atiende principalmente a la aleatoriedad, y secundariamente a la compensación por carga de trabajo. Así, el sistema elige automáticamente a los tres jueces que menos denuncias tienen en su stock. El número de bolillas puede ampliarse sólo si no se cumple con esa premisa.
Cuando cambia el turno, sale un juzgado y entra otro, al que se le asigna virtualmente la misma carga de trabajo que el magistrado con menos asignaciones.