Definitivamente, la
"foja cero" en el polémico
pacto Macri-Macri por la condonación decidida por el Gobierno PRO de una multimillonaria deuda de la familia presidencial a través del Correo Argentino con el Estado no frenó ni un poco el escándalo, que escala a nivel internacional. Es que
la Justicia de Santa Catarina, en Brasil, decidió la quiebra del frigorífico Chapecó, cuyo 65% es de la familia del presidente Mauricio Macri. Pero antes, el grupo empresario y los otros dueños habían seguido la misma lógica que con el Correo Argentino intentando un perdón de más del 90% de la deuda. Allí, a diferencia de en Argentina, la propuesta de la compañía a sus acreedores fue rechazada.
Chapecó pertenece, además de en un 65% a los Macri, al Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), que tiene un 30% del paquete accionario, y el resto está en la Bolsa.
La jueza
Rosane Portella Wolff, según el diario brasilño Valor, argumentó que tuvo en consideración la imposibilidad de la empresa de recuperarse de su pasivo, que alcanza los 340 millones de dólares. Desde 2003, el frigorífico de la familia del presidente argentino no tiene más actividad, pero en lugar de ser declarada en quiebra pidió concurso y alquiló a terceros sus cuatro unidades.
“Con claridad, no cabe duda de que el pedido de concurso es una farsa. La situación de las compañías era de total insolvencia”, sostuvo la jueza en su fallo.
Según la auditoría que ordenó la Justicia, las ventas anuales de Chapecó sólo llegaban a unos u$s2,5 millones, de los alquileres. De esa totalidad, más de u$s1 millón se lo llevaban para directores, abogados y contadores, mientras que el resto iba para pagar juicios laborales.
La otra alternativa, que era la venta de las unidades alquiladas, generarían sólo un u$s57 millones. Es por eso que
la justicia brasileña decidió que las fábricas sigan siendo alquiladas, pero que a partir de ahora el dinero ya no se lo quede la empresa.
La Chapecó de Macri hizo un último intento de eludir la quiebra en enero, cuando el concurso venció. Pero como la empresa no poseía recursos para pagar a los acreedores, le solicitó a la Justicia prolongar del plazo hasta mayo, y le dijeron que sí.
De forma tan sincera como insólita,
el director y presidente de Chapecó, Celso Schmitz, admitió a Valor que la empresa pidió el concurso sabiendo que las deudas nunca bajarían. "La intención era esperar la aprobación de la nueva ley de quiebra por la cual el acreedor podría decidir el futuro de la empresa”, reconoció. La nueva ley, explicó El Cronista, todavía no entró en vigor pero acaba con la figura del concurso y admite la recuperación judicial y extrajudicial de las empresas.
Schmitz buscaba un acuerdo con los acreedores para reestructurar las deudas desde 2003, cuando la crisis estalló y comenzaron los alquileres de las unidades.
En los dos meses siguientes a la prórroga del concurso, la firma presentó un plan que contemplaba una quita de 91% del pasivo, tal como fue la propuesta de los Macri que, en Argentina, Macri como acreedor en representación del Estado había aceptado. En Brasil, en cambio, le dijeron que no.
Schmitz explicó que el plan preveía la venta de los activos y que el dinero sería repartido proporcionalmente entre 53 proveedores y bancos. El ejecutivo calculó que esos bienes tienen un valor mayor a los u$s100 millones.