Foto: El Litoral.
Las graves declaraciones del titular de la Aduana, Juan José Gómez Centurión, sobre la última dictadura no pasaron desapercibidas para los familiares de los genocidas que hoy ocupan el banquillo de los acusados. En Santa Fe, durante la audiencia inicial de un juicio por crímenes de lesa humanidad, defensores de represores alzaron pancartas con la consigna “8.000 verdades, 22.000 mentiras. Libertad a los presos por las mentiras”. Así, los pro-genocidas convirtieron en bandera los chicos del funcionario.
En una entrevista televisiva, Gómez Centurión negó que la última dictadura haya perpetrado un plan sistemático de exterminio y cuestionó a los 30 mil desaparecidos. Días más tarde, en el inicio del juicio oral y público denominado “La casita” en referencia a un centro de detención clandestino que funcionó en la ciudad santafesina de Santo Tomé, familiares y allegados de los represores juzgados se concentraron en la sala con carteles que citaban al titular de la Aduana, y al grito de “Viva la Patria”.
Fue el primer episodio de este tipo desde que comenzaron los juicios de lesa humanidad en Santa Fe.
Según publicó el diario El Litoral, el afiche exhibido en la audiencia de la semana pasada llevaba la firma de la Unión de Promociones Santa Fe/Paraná y de la ONG La Otra Campana, junto a la delegación local de la AfaVitA (Asociación Familiares y Amigos de Víctimas del terrorismo en Argentina).
“Desde hace 12 años que se vienen fogueando estos juicios mal llamados de lesa humanidad y es como que nosotros no teníamos la oportunidad de decir lo que estaba pasando realmente en este tipo de juicios”, dijo el abogado Guillermo Morales, hijo del militar Domingo Morales, condenado el año pasado por la apropiación de una hija de desaparecidos. Retrató, así, el
cambio de época que representan las declaraciones de miembros del Gobierno, y su efecto en ámbitos favorables a los represores.
El juicio es llevado adelante por el Tribunal Oral Federal de Santa Fe, por los
secuestros y torturas de 13 personas que pasaron por el centro clandestino de detención “La Casita” y por el homicidio del responsable zonal de Montoneros, Emilio Feresin.
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