Después de las múltiples denuncias que llevaron a la destitución de Martín Othacehé, el ex rector de la Universidad Nacional del Oeste e hijo del exintendente de Merlo Raúl "Vasco" Othacehé,
la casa de altos estudios pasó a manos de Daniel Blanco, quien oficiaba como vicerrector y se convirtió en flamante rector subrogante bajo la promesa de sanear la institución de las irregularidades que se adjudicaba a su antecesor.
Sin embargo,
fuentes del municipio y de la universidad denuncian que Blanco está "traicionando la bandera más importante que izó para llegar a la destitución de Othacehé", es decir frenar las incorporaciones indiscriminadas de familiares y amigos luego del despido de personal de años.
Es que, tras despegarse del hijo del cuestionado "barón del conurbano",
Blanco incorporó a su gabinete universitario a dos hombres del riñón de Othacehé que también supieron correrse de sus alrededores a tiempo, e incluso amagaron con abandonar sus cargos: el secretario Legal y Técnico, Marcelo Ducrós; y el secretario de Extensión, Adrián Outeda.
Fuentes de la UNO señalan que
"el triunvirato que conforman estos tres socios gobierna la universidad" y denuncian que
"usan la misma política othacehísta del nepotismo y amiguismo".
Outeda incorporó a sus hermanos Christian Outeda y Santiago Outeda, quienes según las fuentes de la casa de altos estudios no asisten ni cumplen funciones laborales;
a la madrina de su hijo, Mónica Caputo, que también es señalada por no asistir a su trabajo y por carecer de título secundario; y a
su sobrina Agustina Moris.
También Ducrós habría avanzado en sumar parientes a la plantilla de la universidad:
el secretario Legal y Técnico habría dado trabajo a su esposa, Marta Pubill; a su hijo Juan Ducrós y su esposa Merlini; como así también a Verónica Gallardo, una ex empleada a quien él mismo habría echado antes cuestionando su desempeño.