El Papa Francisco, fallecido el 21 de abril de 2025 a los 88 años, dejó un legado de humildad y austeridad que se reflejó en su patrimonio personal. Según el portal Celebrity Net Worth, al momento de su muerte, su patrimonio ascendía a apenas 100 dólares
Durante su pontificado, Francisco optó por no recibir el salario anual de aproximadamente 340.000 euros al que tenía derecho como Sumo Pontífice. Como miembro de la Compañía de Jesús, hizo votos de pobreza y decidió no aceptar ese sueldo en ningún momento de su papado. Además, eligió vivir en la Casa Santa Marta, una residencia modesta dentro del Vaticano, en lugar de los lujosos apartamentos papale.
Su estilo de vida austero y su rechazo a la acumulación de bienes materiales fueron coherentes con su mensaje de cercanía con los pobres y los marginados. Este enfoque también se reflejó en su testamento, donde solicitó ser enterrado en un sepulcro sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: "Franciscus".
Esta noticia revela la vida y muerte del Papa Francisco que reafirma un mensaje que trasciende credos: la verdadera grandeza no radica en lo que se posee, sino en lo que se entrega a los demás.