27.03.2025 / DESIGUALDAD

Desigualdad en la educación: Argentina profundizó la brecha entre escuelas públicas y privadas

El informe del Observatorio de Argentinos por la Educación toma datos de las pruebas PISA de 2012 y 2022 y advierte que esta segregación no solo perpetúa las desigualdades sociales, sino que también afecta la calidad educativa y la cohesión social.




El último informe del Observatorio de Argentinos por la Educación advierte que, aunque la matrícula escolar neta de nivel secundario creció en toda la región en los últimos diez años, en la Argentina también se profundizó la brecha de nivel socioeconómico entre las escuelas estatales y privadas lo que da cuenta del aumento de la desigualdad.

El informe "Matrícula y segregación escolar en América Latina: una mirada a la última década" elaborado por Emmanuel Vázquez del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas), María Sol Alzú y Leyre Sáenz Guillén a partir de los datos de las pruebas PISA de 2012 y 2022, señala que nuestro país tiene la tasa de matrícula neta más alta en la secundaria (94%), pero enfrenta altos niveles de segregación escolar.

De acuerdo con el informe la brecha de nivel socioeconómico entre los estudiantes que asisten a las escuelas públicas y privadas disminuyó o se mantuvo en todos los países de la región con excepción de la Argentina que es el único país en el que se profundizó la desigualdad.

Argentina es el país de la región con la mayor tasa de matrícula neta en la secundaria: el 94% de los chicos asisten a la escuela, según los datos de 2022. Le siguen Perú (93%) y Chile (91%). En 2012, las tasas eran de 86% en Argentina y Perú y 84% en Chile. Otros países muestran avances pero moderados: Uruguay pasó de 81% en 2012 a 90% en 2022, mientras que Brasil evidenció el mayor incremento, pasando del 64% en 2012 al 80% en 2022.

Colombia y México también mostraron mejoras y alcanzaron el 86% y 83%, respectivamente. En contraste, el promedio de países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se ubicó en 89%, por debajo de Argentina, Perú, Chile y Uruguay.

Si bien el acceso a la secundaria mejoró, los datos muestran que ese crecimiento no implicó necesariamente una mayor integración entre estudiantes de diversos extractos sociales. La segregación escolar se debe tanto a factores internos del sistema educativo como a la migración de sectores favorecidos hacia la educación privada, impulsada por conflictos docentes y deterioro de la calidad en el sector público.

En América Latina, la segregación entre sectores de gestión fue del 23% en promedio en 2022, muy por encima del 5% registrado en los países de la OCDE. En Argentina, las diferencias en la composición socioeconómica entre los sectores estatal y privado se ampliaron en la última década, reflejando una creciente diferenciación entre ambos sectores.

En otros países, como México, Chile y Brasil, estas diferencias se redujeron, sugiriendo una mayor convergencia en las condiciones socioeconómicas de los estudiantes de ambos sectores. En Uruguay, Perú y Colombia, las diferencias entre sectores se redujeron en menor medida y se mantuvieron relativamente estables.

La mayor reducción de la brecha de nivel socioeconómico entre los estudiantes del sector estatal y privado se dio en México, con una caída del 51%, reflejando una significativa convergencia entre ambos sectores.

Chile también mostró una marcada reducción del 44%, seguido por Brasil (-20%), Uruguay (-17%), Perú (-16%) y Colombia (-4%), lo que indica una tendencia general hacia una mayor integración socioeconómica en la mayoría de los países analizados. En contraste, Argentina fue el único país donde la brecha aumentó y registró un incremento del 26%, lo que refleja una creciente diferenciación en la composición socioeconómica entre las escuelas públicas y privadas.

Aunque más niños y adolescentes tienen acceso a la educación secundaria en la región, la segregación escolar por nivel socioeconómico se mantiene como una característica estructural en América Latina. El informe advierte que esta segregación no solo perpetúa las desigualdades sociales, sino que también afecta la calidad educativa y la cohesión social.

“En Argentina, como en América Latina, el incremento en la inclusión educativa no ha venido acompañado por una mayor integración social dentro de las aulas. Por el contrario, se observa una creciente segregación entre las escuelas públicas y privadas. La distancia socioeconómica entre ambos sectores se ha profundizado en la última década, lo que deriva en entornos de aprendizaje cada vez más homogéneos y con menos oportunidades de interacción entre estudiantes de distintos contextos. Estas interacciones, sabemos, son clave para enriquecer los aprendizajes y promover una convivencia democrática”, explicó Sandra Ziegler, investigadora de Flacso.

"El informe muestra que en la región se dio un fuerte aumento de la matriculación en la escuela secundaria, lo cual representa una muy buena noticia. También intenta arrojar luz sobre una de las posibles causas de la segregación, que es aquella que se da por la opción por parte de los alumnos con más oportunidades económicas de migrar a las escuelas de gestión privada", describe Cecilia Adrogué, investigadora del Conicet y la Universidad de San Andrés y profesora de la Universidad Austral. "La tasa de natalidad ha descendido y las escuelas tendrán menos niños que atender. Esto puede representar una gran oportunidad de mejorar la escuela pública y detener la migración hacia las escuelas de gestión privada", planteó Adrogué.

En tanto Natalia Krüger, investigadora de la Universidad Nacional del Sur (UNS) y el Conicet, advirtió que "aunque Latinoamérica está avanzando hacia una cobertura universal en la educación secundaria, no se logrará la inclusión educativa sin mejorar la integración social en la escuela. Las brechas crecientes entre los sectores público y privado y la tendencia a socializarse en burbujas socioeconómicas no solo amenazan la cohesión social futura, sino que también alimentan la desigualdad en el rendimiento académico. Este desafío debe ser una prioridad en las políticas educativas para que la educación se convierta en un verdadero motor de desarrollo personal y colectivo”.