10.03.2025 / POLÉMICA

El impacto que el temporal de Bahía Blanca podría generar en el sector enérgetico

Es que las inundaciones en Bahía Blanca afectaron el Complejo gasífero de General Cerri, operado por Transportadora de Gas del Sur (TGS). Por esta razón, el gobierno de Milei podría verse obligado a importar más GNL.





El temporal que devastó Bahía Blanca también ha generado una crisis en el sector energético, afectando gravemente el Complejo gasífero de General Cerri, operado por Transportadora de Gas del Sur (TGS). El Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS) confirmó que, como consecuencia de las inundaciones, el complejo quedó fuera de servicio, lo que ha restringido el funcionamiento del gasoducto Perito Moreno. Esta situación está generando un fuerte impacto en la operación de la red gasífera y podría obligar al gobierno a importar más gas natural licuado (GNL) para garantizar el suministro, aumentando significativamente los costos.

Según una nota de La Política Online, la crisis meteorológica provocó el bloqueo del complejo y la activación de válvulas de seguridad para proteger el sistema. A pesar de que el sistema se mantiene estable, el corte fue inevitable. “Cammesa les ordenó a las generadoras producir energía eléctrica con gasoil en lugar de hacerlo con gas, y eso también ayudó. Está estable, aunque en alerta”, explicaron desde TGS LPO. Sin embargo, la inundación en el Complejo de General Cerri afecta directamente la producción de líquidos derivados del gas natural, como etano, propano y butano, y el almacenamiento de parte de la producción, lo que retrasa la operación del gasoducto.

Cabe señalar que la reducción en el suministro de gas natural ha afectado a algunas empresas, aunque las autoridades aseguran que el abastecimiento para la demanda prioritaria, como hogares, hospitales y comercios, está garantizado. El verdadero desafío radica en la falta de gas para la generación de electricidad, especialmente en un contexto de alta demanda por la ola de calor y los cortes masivos de energía. En condiciones normales, el 60% de la electricidad consumida en Argentina proviene de la generación térmica, que depende del gas, por lo que cualquier interrupción en el suministro podría agravar la crisis energética.

En este panorama, el gobierno podría verse obligado a recurrir a la importación de GNL a través de buques, lo que incrementaría los costos de manera considerable. En 2023, cuando el gasoducto aún no estaba operativo, el país destinó más de 1300 millones de dólares a la importación de GNL. Este monto se redujo a 650 millones de dólares el año pasado, pero con la interrupción del complejo gasífero, los costos podrían dispararse nuevamente. El gobierno se enfrenta ahora a una compleja decisión para garantizar la generación eléctrica en medio de una crisis energética y climática sin precedentes.