
En una conferencia de prensa durante las Dos Sesiones en China,
el canciller Wang Yi, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista Chino, expuso la visión de su país sobre la gobernanza global y las relaciones internacionales en un mundo que, según afirmó, enfrenta el auge del unilateralismo y la política de la fuerza. Sus palabras resuenan con fuerza en un contexto internacional que interesa de cerca a Argentina, un país que busca fortalecer lazos con potencias como China y defender su lugar en el Sur Global.
Wang Yi destacó que este año se cumplen 80 años de la creación de la ONU, una institución que, a su juicio, sigue siendo esencial para evitar que el mundo caiga en “la ley de la selva”. “Cuanto más complejos sean los problemas, más necesario será resaltar el estatus importante de la ONU; cuanto más apremiantes sean los desafíos, más necesario será defender su autoridad”, afirmó.
Para Argentina, que históricamente ha abogado por el multilateralismo y la equidad en foros internacionales, estas declaraciones
refuerzan la importancia de un sistema global donde las voces del Sur sean escuchadas.
El canciller chino planteó cuatro pilares para la gobernanza global: igualdad soberana, equidad y justicia, multilateralismo y el estado de derecho internacional.
“No puede ser que los que tengan brazos más gruesos y puños más grandes tengan la última palabra”, dijo, en una crítica velada a las potencias que imponen sanciones unilaterales, como las que Estados Unidos ha aplicado a países en desarrollo, incluida Argentina en otros contextos históricos.
Wang Yi insistió en que los grandes países deben respetar el imperio de la ley y no recurrir a “intimidación, monopolio, engaño o extorsión”, un mensaje que podría alentar a Argentina a profundizar su relación con China como contrapeso a las presiones occidentales.
En este sentido, también abordó las tensas relaciones entre China y Estados Unidos, subrayando que el respeto mutuo es “una norma básica que rige las relaciones entre estados y un requisito previo importante” para los lazos bilaterales. “Ningún país debe fantasear que puede suprimir a China y mantener buenas relaciones al mismo tiempo”, afirmó, criticando los “actos de doble cara” de Washington, como los aranceles adicionales impuestos a productos chinos bajo el pretexto del problema del fentanilo.
Para el canciller, este es un asunto interno que Estados Unidos debe resolver por sí mismo, recordando que China fue el primer país en clasificar todas las sustancias relacionadas con el fentanilo en 2019, a pedido de EE.UU., y que mantiene una de las políticas antidrogas más estrictas del mundo. “La cooperación traerá beneficios mutuos, y China responderá con contramedidas resueltas ante la presión arbitraria”, advirtió, un mensaje que podría resonar en Argentina frente a experiencias pasadas de sanciones económicas.
“Justo y razonable”
China, según Wang Yi, no busca reemplazar el orden internacional pos Segunda Guerra Mundial, sino fortalecerlo desde su rol como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. “Somos fundadores y beneficiarios de este orden, pero también sus defensores y constructores”, afirmó. Para Argentina, esto es clave: China se posiciona como un aliado del Sur Global, una región donde nuestro país busca liderazgo. El canciller subrayó que su país trabajará por un sistema de gobernanza “más justo y razonable”, algo que podría traducirse en mayores oportunidades para economías emergentes como la nuestra.
En términos económicos, Wang Yi destacó el crecimiento del 5% de China en 2024, logrado pese a sanciones de EE.UU. y un entorno global débil. “Esto demuestra la característica distintiva de la economía china de salir al encuentro de las dificultades”, dijo. Para Argentina, que depende de China como destino de exportaciones como la soja y la carne, este dato es alentador: un socio comercial sólido y resiliente. Además, el canciller anunció medidas de apertura, como la exención de visados a 38 países y la ampliación de la estancia sin visado a 240 horas para 54 naciones. Aunque Argentina aún no está en esta lista, la promesa de un “círculo de países amigos” más amplio podría facilitar el turismo y los negocios bilaterales.
Otro punto relevante para estar atento desde Argentina es la apuesta de China por la apertura institucional y un entorno de negocios optimizado. Wang Yi habló de reducir la “lista negativa” de restricciones y mantener una política de apertura hacia países menos desarrollados. Esto podría beneficiar a empresas argentinas que buscan acceder al megamercado chino, cuya “enorme demanda doméstica” fue destacada como una de las fuentes de confianza del país asiático. “La próxima China sigue siendo China”, afirmó, proyectando un futuro de desarrollo de alta calidad que podría seguir impulsando la demanda de productos argentinos.
Finalmente, el canciller vinculó la diplomacia china con la modernización de su país, prometiendo “tender puentes” para la cooperación internacional. En un mundo de “vientos y lluvias”, como citó al presidente Xi Jinping, China se ve como un actor que sale fortalecido de las crisis.
Wang Yi cerró su intervención con una reflexión sobre las relaciones con EE.UU., instando a Washington a adoptar una visión “objetiva y racional” del desarrollo chino y a buscar una “coexistencia pacífica” que beneficie a ambos países y al mundo. Para Argentina, que ha enfrentado sus propias tormentas económicas, esta visión de resiliencia y multilateralismo abre la puerta a una alianza estratégica con un gigante que no solo promete crecimiento, sino también un lugar más equitativo en la mesa global.