La despedida de Juan Carlos Maqueda en la Corte Suprema dejó varias lecturas políticas. mientras el magistrado cordobés lanzaba duras críticas al presidente Javier Milei, calificando a ciertos líderes como "hombres proféticos o que se creen proféticos y que realmente ponen en riesgo las instituciones de la convivencia democrática", dos ausencias resonaron con fuerza: las de ricardo lorenzetti y ariel lijo, este último uno de los candidatos propuestos por el oficialismo para integrar el máximo tribunal.
Maqueda, en un tono que ya había empleado en anteriores ocasiones, insistió en la necesidad de defender "la división de poderes y la independencia del poder judicial". En un contexto de tensiones entre el gobierno y la justicia, sus palabras adquieren especial relevancia. "a pesar de que no esté de moda, a pesar de que la moderación haya sido dejada de lado y a pesar de que hoy se transiten los extremos, tenemos que volver a la moderación, la prudencia y la defensa de la división de poderes y la independencia del poder judicial", aseveró el magistrado.
La ausencia de Lorenzetti y Lijo no pasó desapercibida. ambos, según trascendió, habrían asistido a un evento social en lugar de la despedida de Maqueda. este gesto, para muchos, representa un claro mensaje político. cabe recordar que Lorenzetti había expresado su disidencia con una reciente acordada de la corte sobre el sistema de conjueces, argumentando "deficiencias jurídicas" y la falta de urgencia en regular una cuestión que, según él, "no necesitó regulación durante más de cien años". además, subrayó la inminente incorporación de nuevos miembros al tribunal.
El homenaje a maqueda contó con la presencia de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrazt, quienes elogiaron la trayectoria del magistrado. Rosatti, incluso, hizo referencia a los "injustos agravios y cobardes ataques" que maqueda sufrió, en clara alusión a las críticas del gobierno que anticipó su jubilación con el envío del pliego de garcía mansilla al senado. la despedida de maqueda, más allá del reconocimiento a su carrera, se transformó en un escenario de tensión política y fuertes mensajes entre los poderes del estado.