El Gobierno continúa enfrentando un delicado proceso diplomático para liberar a Nahuel Gallo, un gendarme argentino detenido en Venezuela bajo acusaciones que han causado gran preocupación tanto a nivel nacional como internacional. La Cancillería, encabezada por el canciller Gerardo Werthein, activó mecanismos diplomáticos y está buscando intermediadores internacionales, principalmente de Colombia, Francia y Brasil, para intentar una solución. "Mucho no se puede hacer, tenemos las manos atadas", reveló un funcionario a la Agencia Noticias Argentinas, explicando las limitaciones que enfrenta el gobierno debido a la complejidad de las relaciones con el régimen de Nicolás Maduro.
Gallo, quien había viajado a Venezuela para visitar a su familia, fue detenido en la frontera entre Colombia y Venezuela, donde las autoridades lo acusaron de ser un espía enviado por el gobierno argentino. Según fuentes oficiales, el gendarme fue arrestado tras una revisión de su teléfono móvil, en el cual se encontraron mensajes críticos hacia el gobierno de Maduro. Esto suscitó una fuerte reacción de las autoridades venezolanas, quienes, tras interrogarlo, lo trasladaron al Helicoide, conocido como un centro de torturas del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN).
En este contexto, la familia de Gallo, que permanece sin información precisa sobre su situación, ha manifestado su angustia y desesperación.
"No nos dan información, ni dicen nada", expresó su hermano en declaraciones a la prensa. La esposa de Gallo, María Alejandra Gómez, también se encuentra muy preocupada y ha recibido asesoramiento desde Casa Rosada, que le ha sugerido iniciar acciones legales a través de un abogado especializado.
El Ministerio de Seguridad se comprometió a la gestión de la liberación de Gallo. La ministra Patricia Bullrich nombró al director de relaciones internacionales de dicho ministerio, Alberto Forigh, para coordinar los esfuerzos en este sentido. A pesar de los esfuerzos por resolver la situación, los funcionarios argentinos no han podido obtener una respuesta oficial del gobierno venezolano, lo que complica aún más las negociaciones.