En los primeros once meses del año, las 23 provincias del país recibieron en promedio un 83% menos de transferencias discrecionales que durante el mismo período de 2023, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires crecieron un 17%. Los que más perdieron fueron los gobernadores enfrentados a Milei.
Es que luego de que la Corte Suprema de Justicia ordenara devolver los recursos recortados durante el gobierno de Alberto Fernández, y el adicional recibido por el traspaso de las líneas de colectivos, la Ciudad de Buenos Aires fue la única jurisdicción del país en la que las transferencias no automáticas de recursos por parte del Tesoro nacional crecieron durante los primeros once meses del año. En tanto, las 23 provincias, la caída real (descontando inflación) promedió el -83% en relación con el mismo período de 2023, en CABA creció 17%, según se desprende del análisis de Martín Barrionuevo, senador de la provincia de Corrientes, realizado sobre la base de los datos oficiales del Gobierno nacional.
De acuerdo con ese análisis, por transferencias no automáticas -es decir, discrecionales-, la pérdida de recursos se acrecentó en las provincias gobernadas por opositores al presidente Javier Milei, en tanto que se achicó la diferencia entre aliados. Según datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) al tercer trimestre del año (último período disponible), las transferencias totales a gobiernos provinciales y municipales se redujeron -19% en términos reales en la comparación interanual.
Mientras que las automáticas ajustadas por inflación se contrajeron -12,6%, con la mayor caída en términos reales (-29,3% a/a) en los giros vinculados a la compensación del Consenso Fiscal; las transferencias no automáticas registraron una contracción real de -84,4%.
LAS MÁS PERJUDICADAS
La provincia que más perdió fue La Rioja, gobernada por Ricardo Quintela, con una caída del -98% en los primeros 11 meses del año respecto del mismo lapso de 2023; seguida por Formosa, con el gobernador Gildo Insfrán, y La Pampa, con Sergio Ziliotto, -96% cada una. Pese a estar gobernada por Axel Kicillof, uno de los dirigentes más opositores a Milei, Buenos Aires perdió -82% un puntos más que el promedio de las 23 provincias (-83%).
Los que menos perdieron fueron Jujuy, -63%; Santa Cruz y Neuquén, -66% cada una, y Chaco, -74%. Sumando las 24 jurisdicciones del país (23 provincias más la CABA), la caída de transferencias no automáticas alcanzó el -74% entre enero y noviembre.
Pero no todos los meses la situación fue homogénea. En lo que va del año, las transferencias no automáticas a CABA crecieron en marzo (83%), octubre (333%) y noviembre (300%); mientras que a Jujuy se incrementaron en agosto (13%); a Mendoza en enero (46%) y en junio (59%); a Santa Cruz en marzo (13%); a Chubut en enero (3%), febrero (13%) y junio (16%), y a Neuquén en octubre (64%). En el resto de las provincias todo fue caída, en mayor o menor proporción, pero a la baja.
En septiembre, Ciudad y Nación llegaron a un primer acuerdo en una audiencia ante un secretario designado por el máximo tribunal de Justicia, que incluyó “el pago del 2,95% de la masa coparticipable que dispuso la Corte Suprema”, dijo el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, uno de los aliados de Milei.
Si bien los gobernadores dialoguistas son los que vienen blindando al oficialismo en el Congreso, también perdieron. Por eso, en el último coloquio de IDEA, Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Raúl Jalil (Catamarca), Ignacio Torres (Chubut) y Gustavo Valdés (Corrientes) reclamaron la modificación del sistema de coparticipación.
“Entre Ríos le aporta recursos a la Nación a través de la no coparticipación del impuesto al cheque, de una parte del IVA, del impuesto a los combustibles, de varios impuestos a la ANSES. Pero, este año no recibió nada de eso”, se quejó Firgerio. En lo que va del año, la provincia recibió -83% menos de transferencias discrecionales que en 2023. En las transferencias automáticas, la caída real fue del 12,3% en los tres primeros trimestres, según la OPC.
Uno de los puntos de mayor conflicto entre los gobernadores y Milei es la deuda de las cajas previsionales. De acuerdo con un análisis realizado por Fundación Éforo, el superávit financiero de la Anses -que entre enero y octubre acumuló $5,2 billones- respondió a tres factores: “las transferencias a las cajas previsionales provinciales que no fueron transferidas a la Nación; se vetó la ley de movilidad jubilatoria que proponía mejoras en los haberes de los jubilados, y se ajustaron los criterios de acceso a las asignaciones familiares para trabajadores en relación de dependencia y para las pensiones no contributivas por invalidez laboral”.
Más allá de los ítems de ajuste, las provincias necesitan que se revierta la situación de cara a un año electoral. Por eso, pidieron abrir una mesa de diálogo con el Gobierno nacional para negociar modificaciones en el presupuesto 2025, que no prevé recursos adicionales ni el pago de deudas. En la Casa Rosada prefieren negociar mano a mano con cada gobernador y, por ahora, dan por perdida la votación.