El vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció plan de modernización para el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), destacando un enfoque centrado en la eficiencia y la revalorización del organismo como motor del desarrollo agropecuario en Argentina. En un tono contundente, Adorni subrayó que "se terminó el uso de los organismos públicos como máquinas para financiar el despilfarro de la vieja política", en clara alusión a las políticas implementadas durante las gestiones de los gobiernos kirchneristas.
El funcionario detalló que el plan de modernización incluye medidas drásticas como la venta de edificios y tierras subutilizadas, comenzando por un inmueble en la Avenida Cerviño y Ortiz de Campo, en Palermo, que será vendido por un valor base de 6 millones de dólares. Este edificio, que alberga a solo 140 empleados, ocupa más de 3.100 metros cuadrados, lo que Adorni calificó de "totalmente innecesario para las dimensiones del INTA". Según explicó, los recursos obtenidos de esta venta serán reinvertidos en las investigaciones del organismo.
Adorni no dudó en señalar que la gestión anterior, bajo la conducción de Cristina Fernández de Kirchner, desvió al INTA de su propósito original.
"Desde 2007, el INTA se enfocó en temas que nada tenían que ver con la productividad agrícola, como las cuestiones de género y la agricultura familiar", sostuvo, cuestionando además el crecimiento desmedido de su planta de empleados, con más del 50% de los 6.852 trabajadores actuales ingresados durante los gobiernos kirchneristas. "De los 250 millones de dólares anuales que recibe el INTA, el 90% se destina a salarios", criticó, asegurando que esto limita la capacidad del instituto para llevar adelante investigaciones realmente productivas para el sector agropecuario.
El vocero presidencial también hizo referencia a la necesidad de aumentar la participación del sector privado en las investigaciones del INTA, un aspecto que, según él, había sido desatendido en la gestión anterior. Actualmente, solo el 10% de las investigaciones del INTA son financiadas por el sector privado, y Adorni se comprometió a incrementar esa cifra al 30% para 2027. "Es hora de que el INTA deje de ser un espacio burocrático y se transforme en un verdadero centro de investigación con impacto en la productividad del campo argentino", afirmó.
Cabe señalar que el consejo directivo del INTA votará mañana el plan de modernización, y Adorni confía en que la medida será aprobada, argumentando que se trata de un paso necesario para que el organismo funcione "para los fines que fue creado, y no para lo que se lo utilizó últimamente". Con este paquete de reformas, el gobierno busca devolverle al INTA su rol de vanguardia en el desarrollo tecnológico y científico del sector agropecuario argentino, alineando sus objetivos con las nuevas políticas del gobierno de Milei.