La vicepresidenta Victoria Villarruel salió al cruce de las declaraciones de la senadora bonaerense Florencia Arietto, quien la calificó de *“mal bicho”* y afirmó que el presidente Javier Milei había *“habilitado”* los ataques en su contra. Este episodio evidencia el creciente desgaste en la relación entre Villarruel y el entorno presidencial, intensificando las tensiones dentro del oficialismo.
Arietto utilizó sus redes sociales para lanzar una polémica declaración: “Mal bicho, pero como Milei la eligió en su momento, me callé la boca. Ahora que habilitó, a fondo”. Estas palabras generaron una fuerte reacción en los seguidores de Villarruel, quienes interpretaron que la senadora admitía recibir directrices para criticar a la vicepresidenta. “¿Libertad u obediencia al estilo kirchnerista?”, ironizó un usuario, mientras otro destacó: “Confiesa que ataca a Victoria porque recibió la ‘habilitación’ para hacerlo”. Ambos comentarios fueron compartidos por Villarruel en sus historias de Instagram, sin emitir respuestas directas.
Este cruce ocurre en un contexto de tensión creciente entre el presidente Milei y su compañera de fórmula. La semana pasada, el mandatario había criticado a Villarruel, asegurando que
“está más cerca del círculo rojo y de lo que ella llama la alta política, que es lo que nosotros llamamos la casta”. Además, subrayó que la vicepresidenta no participa en reuniones de gabinete y no tiene injerencia en las decisiones clave del Gobierno.
Por su parte, Arietto, quien ya suena como posible candidata nacional para el próximo año, no ha retrocedido en sus críticas hacia la vicepresidenta, marcando distancia con quien fuera una figura clave en la fórmula presidencial. Este enfrentamiento interno refleja las tensiones y reconfiguraciones que atraviesa el oficialismo, en medio de un panorama político convulsionado.
La falta de respuesta directa por parte de Villarruel y su uso estratégico de las redes sociales para amplificar las críticas hacia Arietto demuestran un intento de posicionarse como una figura resistente dentro del gobierno, aunque cada vez más aislada. Este episodio no solo evidencia las fisuras internas en el espacio gobernante, sino que también deja entrever posibles fracturas de cara al futuro político de La Libertad Avanza.
