El presidente
Javier Milei se reunió con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI),
Kristalina Georgieva, en la Cumbre del G20 en Río de Janeiro, Brasil, la funcionaria del organismo destacó los "impresionantes progresos" en la estabilización que, consideró, logró el Gobierno argentino y aseguró que están "dispuestos a apoyar a la Argentina y a su pueblo en la construcción de estos logros". Sin embargo, los analistas ven algunas trabas que harán el camino de Luis Caputo difícil.
La buena predisposición de cara a una negociación parece asegurada desde el triunfo electoral del republicano Donald Trump, pero el ministro de Economía tendrá varias cosas a resolver hacia adelante.
Noemí Brenta, doctora en Economía y experta las relaciones entre Argentina y el FMI, adviertió en un análisis para Ámbito Financiero que el triunfo de Trump, por la afinidad de las ultraderechas, ayudará al país ante el Fondo, pero "tampoco garantiza que el proceso vaya a ser un lecho de rosas".
Y es que hay varios elementos que podrían trabar el acuerdo. "Una de ellas es que
nuestro país está sobre endeudado, sobre todo con el FMI, característica que no había en 2018, cuando Trump intercedió para que se le diera el acuerdo en 'stand by' a la Argentina", explicó Brenta, quien remarcó que
"en una evaluación de la deuda pública, se probaría que es de muy baja sustentabilidad".
Asimismo, hoy
"no hay ninguna línea disponible para nuestro país por montos altos". La economista señaló que, si bien podría crear alguna, lo único a lo que podría aspirar el Gobierno es al Fondo de Resiliencia y Sustentabilidad. No obstante, advierte que es poca plata, "son unos u$s8.500 millones, según mis estimaciones", estima. Y, por otro lado, indica que existe una línea flexible es precautoria, pero que no es de monto efectivo.
Por otra parte, señaló como
una dificultad el hecho de que Caputo es el ministro de Economía actual. "Justo quien ocupaba el cargo durante la gestión del 'stand-by' de Macri y, en ese momento,
el FMI pidió que lo sacaran porque no le gustaba cómo manejaba la adjudicación de las licitaciones de divisas", recordó Brenta.
A eso, se le suma que "
el FMI suele ser muy insistente respecto de la devaluación de la moneda argentina". Según explicó Brenta, la Argentina tiene "tipos de cambios múltiples aún y el peso está algo sobrevaluado, hecho que contrasta con la tendencia predominante en las distintas monedas emergentes, que se deprecian contra el dólar". "El FMI siempre pide que los tipos de cambio converjan hacia la cotización más alta y devaluar la moneda de manera fuerte. No obstante, es poco probable que el Gobierno avance en este sentido porque, si esto ocurre, la aceleración de la inflación es inevitables y disminuye la capacidad fiscal de hacer frente a la deuda", apuntó.
Y otro tema es la tasa de interés de política monetaria, que siempre exige el FMI que sea positiva y eso será difícil también, dado que indica que, "el año próximo, el Gobierno quiere cierta expansión de la economía y será complejo que avance en ese sentido".