A partir del asesinato de los líderes de la barra brava de Rosario Central, Andrés "Pillín" Bracamonte y Daniel "Rana" Atardo, la Justicia ordenó el allanamiento de la comisaría 9ª. Lo que motivó la pesquisa es un vínculo que se considera significativo: el hermano de la jefa de esa seccional policial es un destacado referente de la hinchada auriazul.
Según lo que trasciende de la causa, la jefa de esa seccional policial es la comisaria Débora Savani. Su hermano, Maximiliano Savani, ostenta un lugar relevante en la barra brava de Rosario Central.
A su vez, otro hermano de la encargada de la comisaría fue víctima de un asesinato de tintes mafiosos ocurrido el 12 de abril de 2014 en el camping del Sindicato de Camioneros en la ciudad de Pérez, ubicada en el límite oeste de Rosario. Se llamaba Nicolás Esteban Savani. Fue herido cuando un grupo de pistoleros atacó a cuatro colectivos en el marco de una fuerte interna gremial. Recibió un disparo en el cuello y murió a las pocas horas por una lesión medular.
Desde La Política Online (LPO) consultaron al gobierno provincial si efectivamente constaba el vínculo presunto entre la jefa de la comisaría 9ª y un hermano que se señala como destacado referente de la hinchada. Respondieron que no había tal constancia. Pero subrayaron que en la actualidad la disposición de efectivos en la calle no depende en absoluto, como en el pasado, del sistema de comisarías, sino de la central OJO y del sistema 911. No obstante, ya se pidieron constancias de todo el movimiento de patrullas que reporta el dispositivo de GPS que tienen los móviles policiales.
Una de las hipótesis planteadas en la investigación del doble crimen de Bracamonte y Attardo refiere a una disputa de facciones entre la hinchada que puede estar conectada con los cambios en el negocio de drogas en el que la barra está vinculada.
Algo que está dentro de las referencias de lo ocurrido son extrañas circunstancias en las se dio el ataque homicida. Este ocurrió cuando la zona del bulevar Avellaneda había un inusual corte de luz que empezó mientras se disputaba el partido con San Lorenzo, que concluyó a las 21.10, y se prolongó hasta la medianoche.
Otro hecho señalado fue la casi nula presencia policial en inmediaciones del Gigante de Arroyito. Según múltiples testigos que hablaron con LPO, solamente se advirtió un grupo de asalto en Génova y Avellaneda, en una de las esquinas del estadio, sobre un importante carrito de comidas. Pero no a lo largo de Avellaneda por donde circulaban las personas al abandonar el estadio.