08.11.2024 / DECLARACIONES

Pablo Ceriani advirtió por el riesgo que implica el plan del Gobierno: "Cerrar la compañía no es una solución"

El expresidente de la línea de bandera advirtió que es fundamental avanzar con diálogo entre el Gobierno y los trabajadores, pero lamentó que la gestión de Javier Milei no esté mostrando buena predisposición.




El expresidente de Aerolíneas Argentinas, Pablo Ceriani, analizó cómo se ha intensificado el conflicto en la línea de bandera. Subrayó la falta de voluntad de diálogo por parte del Gobierno y advirtió que “todos pierden” si se avanza con la privatización.

Ceriani se refirió a las amenazas de cerrar la compañía como respuesta al reclamo salarial de los trabajadores: “Es parte de la retórica del Gobierno en la escalada del conflicto, que parece no tener fin y se origina en la falta de diálogo”. “No hay una mesa de trabajo para encontrar una salida al conflicto. La última acción del Gobierno fue amenazar con cerrar la compañía, lo cual no hace más que intensificar la situación. Esperamos que puedan empezar a trabajar sin tantos eslóganes políticos y enfocarse en soluciones efectivas”, afirmó en nota con la 750.

Ceriani enfatizó que los gremios no son un problema, como afirma el Presidente: “Son parte de la empresa. El nivel de sindicalización en Aerolíneas es altísimo, por lo que es necesario un diálogo constante para poder avanzar”. “Los gremios y la empresa se necesitan mutuamente. No se pueden separar. Deben sentarse y resolver los problemas. Hablar de cerrar la compañía no es una solución. Son cuestiones de fondo que requieren tiempo y no se resuelven en semanas”, recordó.

Sobre la propuesta del Gobierno, Ceriani afirmó: “Todos pierden con la privatización. Los trabajadores pierden sus empleos y el país pierde conectividad, lo que implicaría la reducción de vuelos a muchas localidades del interior”.

Finalmente, Ceriani advirtió sobre los riesgos asociados a la privatización: “Se pone en peligro el patrimonio nacional si la experiencia es similar a la que tuvimos en el pasado. Los costos y riesgos por no sentarse a dialogar y resolver la situación son altos, y el problema es que no hay voluntad política”.