Una de las principales decisiones es el aumento del 10% en el impuesto a la compra de dólar solidario, conocido como dólar ahorro. Esta medida busca desincentivar la demanda de dólares para ahorro y frenar la salida de divisas del país, ayudando así a mantener la estabilidad de la moneda nacional.
Además, se implementará un sistema de gravámenes sobre las importaciones, con el objetivo de proteger la industria local y generar mayores ingresos fiscales. Los servicios importados pasarán a tener un impuesto del 25%, mientras que los bienes importados tendrán un gravamen del 7,5%. Esta estrategia busca fomentar la producción y el consumo interno, así como reducir la dependencia de bienes y servicios extranjeros.
Por otro lado, en una medida dirigida a apoyar al sector agropecuario, se ha decidido aumentar el precio del dólar agro para las economías regionales y el maíz. Esta medida se plantea como un estímulo para los productores del sector, incentivando la exportación de sus productos y contribuyendo a mejorar la balanza comercial del país. Todas estas acciones se enmarcan en el preacuerdo de nivel técnico alcanzado entre el FMI y el Ministerio de Economía, en el que se han identificado "aspectos medulares" que buscan fortalecer la economía argentina en un contexto de desafíos financieros y macroeconómicos.
Es importante destacar que estas medidas buscan un equilibrio entre la necesidad de sostener la estabilidad económica y la urgencia de impulsar el crecimiento sostenible. El Gobierno confía en que estas decisiones contribuirán a sentar las bases para una recuperación económica más sólida y estable en el futuro cercano. Sin embargo, se mantendrá una supervisión constante de la situación económica y se evaluará la efectividad de las medidas implementadas para realizar ajustes si es necesario en el futuro.