Las palabras de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, sobre la administración de los programas sociales pusieron de manifiesto una vez más la necesidad de reflexionar sobre las políticas de empleo y la asistencia social. Que el peronismo crea trabajo es una de las verdades absolutas de la doctrina, pero la dignidad no solo deviene por el trabajo. Hace falta que estén satisfechos también otros derechos. En materia de política de empleo, el escenario actual nos brega el gran desafío de pensar un Estado presente, con los ojos en el siglo XXI y el espíritu nacional y popular.
Muchos y muchas compatriotas no tienen vínculo, no conocen, no tienen forma de llegar o simplemente no quieren tener su derecho mediado por un movimiento social. Nosotras y nosotros que militamos en las diferentes realidades estamos acostumbrados a escuchar en los barrios frases que van desde “cobre la mitad y no sé porque”, “esta semana trabajo de ir a la marcha”, “tuve que dejarle un porcentaje a la referente”, o “dejé de cobrar el potenciar y no sé porque”, entre otras.
Cotidianamente escuchamos estas voces y ante la imposibilidad de dar respuesta, la indignación crece. Para ser un Estado efectivo ante los problemas cotidianos de la gente, ese Estado tiene que dar respuesta.
Un Estado Nacional fuerte, con ministerios que planifiquen políticas públicas, no tendría por qué otorgarle la potestad a una agrupación política o movimiento, la difícil tarea de establecer quiénes merecen o no un derecho.
La universalización de esos derechos sostenidos en el tiempo ha demostrado ser la política más efectiva, aquellas que pueden modificar de manera estructural la pobreza y la indigencia en la Argentina. De hecho, las experiencias del AUH y Progresar, entre otras, demostraron la efectividad y el impacto positivo en el sector beneficiario, cuando se aplicaron de manera universal.
En tanto, las organizaciones sociales tuvieron y tienen un rol muy importante en nuestra sociedad. El rol de organizar, construir experiencias de economía social, cooperativas, sosteniendo espacios de educación popular, de asistencia alimentaria en merenderos y comedores. Son tareas muy valiosas.
Todas estas tareas son reconocidas por parte de la sociedad y debieran ser reconocidas por el Estado sin importar el signo político que gobierne. Las organizaciones son fundamentales mediadores entre gran parte de la sociedad y el estado, municipal, provincial o nacional.
CRISTINA Y LAS ORGANIZACIONES SOCIALES
En el día de la bandera -20 de Junio-, Cristina participó como principal oradora en el cierre del plenario de la Central de los Trabajadores de la Argentina (CTA). Con su lucidez habitual hizo un interesante recorrido sobre la economía del país, pero también apuntó a la integración social.
“Yo quiero ser absolutamente sincera. Hoy tenemos 7% de desocupación, pero tenemos 1.300.000 planes. Hay algo que va a haber que revisar porque con esa desocupación del 7% deberíamos tener menos planes sociales”, señaló aclarando por cierto que no estaba en contra de que “se dé plata a los pobres”, sino enfatizando la necesidad de uno de los leitmotiv de los gobiernos peronistas que es “generar trabajo”.
"El Estado nacional debe recuperar el control, la aplicación y la auditoría de las políticas sociales, que no pueden seguir tercerizadas", agregó la presidenta del Senado.
Algunos se empecinaron en colocar a Cristina Fernández de Kirchner en contra de los movimientos sociales. Y esto no es así, ya que los movimientos sociales se vieron potenciados y favorecidos durante los gobiernos de Néstor y Cristina y acompañados y valorados por el kirchnerismo en su conjunto.
Y también nuestro proyecto político se vio fortalecido potenciado y protegido, de la mano de los movimientos, tanto sociales, políticos, obreros, culturales, las juventudes organizadas en sus sectores, como el movimiento de mujeres y diversidades, entre otros.
Por eso, a la hora de pensar la comunidad organizada de este tiempo, ninguno de estos espacios es imprescindible, pero todos son necesarios. Tenemos que animarnos a pensar una argentina productiva con trabajo, con inclusión social, sin que nadie quede afuera en donde podamos proyectar un futuro prometedor para los más de 47 millones de argentinos y argentinas.
Nos está faltando generar ámbitos de debate, nos está faltando actualizar y poner en común el programa político y fundamentalmente necesitamos que las estructuras del estado estén a la altura que la historia y el momento político demanda.
EL CAMINO DE LA RECONSTRUCCIÓN Y LA POLITICA DE EMPLEO DEL SIGLO XXI
El camino y la resolución del conflicto que requieren estos tiempos, serían los de avanzar en una renta básica universal, coordinada y articulada entre el estado nacional, provincial, municipal, junto con los sectores privados, de la sociedad civil, las organizaciones sociales, los sindicatos, las instituciones educativas etc.
En línea con la Vicepresidenta de la Nación, sostenemos que una de las premisas fundamentales de nuestro movimiento nacional es la de generar trabajo. No obstante, no es lo único que genera dignidad.
Somos conscientes que, en momentos delicados como este, son parche y contención, pero sabemos también que se tratan de formas de transición de la sociedad hacia las nuevas formas de trabajo.
Es que cuando pensamos el trabajo del futuro, lo entendemos como la actividad conformada a base de una formación profesional, capacitación, formación en nuevos oficios. Por ello, es fundamental que el Estado impulse iniciativas y políticas públicas proactivas en este sentido.
Cuando pensamos en un estado moderno ya no se explica con el modelo de estado del SXX. Con el ejercicio de la memoria y el resplandor de la historia nacional y popular, necesitamos discutir un estado del SXXI que resuelva las demandas del modelo de desarrollo que precisan cada uno de los argentinos y argentinas. No sirve un estado que no puede dar respuesta a los problemas de la sociedad de hoy. Insistimos, la construcción de la comunidad organizada es con todas y todos incluidos con un Estado presente y fortalecido.
*Leonardo Moyano, referente de Generación Patriotica