El juez Orlando Díaz elevó este miércoles a juicio la causa por la muerte de Diego Armando Maradona, que se espera que comience entre finales del 2023 y principios del 2024.
Los acusados son ocho: el neurocirujano Leopoldo Luciano Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Ángel Díaz, Nancy Edith Forlini, los enfermeros Gisella Dahiana Madrid y Ricardo Omar Almirón, su jefe Mariano Perroni y el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna. Todos están acusados del delito de homicidio con dolo eventual, un delito que prevé una pena de entre 8 y 25 años.
En el inicio del pedido de elevación a juicio presentado en abril, los fiscales realizan una introducción en la que plantean, con firmeza, la existencia de un “cúmulo de conductas penalmente relevantes” que “condujeron” a Maradona a su “triste fallecimiento”.
“La prueba conducía, inicialmente, a mostrar la responsabilidad de los doctores Luque y Cosachov, con injerencia directa en el resultado muerte, permitieron dar andamiaje a otras pruebas. Eso condujo a detectar la responsabilidad de Díaz como integrante del cuerpo médico tratante, de los responsables de las empresas que coordinaron la fallida internación domiciliaria (Forlini y Perroni), de los enfermos presentes en el momento más crítico (Almirón y Madrid) y del médico clínico designado para esa temeraria internación domiciliaria (Di Spagna)”, escribieron los investigadores.
Leopoldo Luque, uno de los imputados
En las primeras páginas, los fiscales ya redactaron una conclusión antes de desmenuzar cada una de las pruebas:
“Nos encontramos hoy a poco más de un año de su muerte con certezas, y en condiciones de afirmar, que las personas que hoy, en éste requerimiento se mencionan, han tenido responsabilidad penal en el fallecimiento de Diego Armando Maradona”.
“Los imputados no son otros que los que deben estar sentados en el banquillo. Deben responder por aquel
cúmulo de acciones y omisiones notoriamente burdas que incrementaron de manera elocuente el riesgo permitido concretando el fatal desenlace del mayor ídolo del fútbol mundial que, a todas luces, hubiese podido evitarse. Las omisiones de actos específicos que debían ejecutar colocaron a la víctima en una situación de desamparo pocas veces vista librándolo a su suerte”, redactaron.
En el resto del escrito, los fiscales realizaron un resumen de los distintos chats y audios que constan en el expediente. Además, valoraron cada una de las declaraciones indagatorias que realizaron los imputados y de las testimoniales que se sumaron a la causa.