En el marco del acuerdo alcanzado por el gobierno nacional con el
Fondo Monetario Internacional nos encontramos ante el desafío de restablecer un rumbo certero para la Argentina. Es fundamental que la sociedad en su conjunto genere los espacios para llevar adelante un debate profundo y comprometido que nos permita problematizar sobre el contexto en el que se tomó la deuda, quién la tomó y para qué. Este diagnóstico planteará entonces definir un modelo económico para el 2030 y el 2050. Con este documento, Generación Patriótica deja sentada su posición.
ORIGEN, DESAFÍOS Y FUTURO: GENERACIÓN PATRIÓTICA FRENTE A LA REESTRUCTURACIÓN DE LA DEUDA
El 10 de diciembre de 2015, cuando
Mauricio Macri asumió la presidencia, Argentina no tenía compromisos de deuda con el FMI, se había superado el conflicto con la mayoría de los tenedores de la deuda y el comúnmente conocido como “Riesgo País” se encontraba en un modesto 480 puntos.
Ya a comienzos de su gobierno, Macri había pagado dócilmente los 10 mil millones de dólares que reclamaban los Fondos Buitres.
En 2018, amparado en una estrecha alianza con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el macrismo contrajo una deuda inédita con el FMI de casi 57 mil millones de dólares.
El monto constituyó un récord en la relación bilateral de nuestro país con el organismo e implicó una agenda de vencimientos de corto y mediano plazo de imposible cumplimiento; problema que tiene sus consecuencias actualmente. Sin embargo, el 78% del crédito fue utilizado por el macrismo antes de los comicios del 2019 y el riesgo país ya se encontraba en los 2400 puntos.
De todas formas, el destino de crédito es el elemento más repudiable de la deuda tomada. En vez de ser utilizados para la inversión y el impulso del desarrollo del país, se utilizó para financiar una puerta giratoria: los ingresos entraban a las arcas del estado y salían para cubrir pagos de otras obligaciones del Estado como bonos y un dólar barato.
La vieja consigna neoliberal de “endeudar para fugar” tuvo plena realidad con el macrismo.
Más allá del problema del origen fraudulento de la deuda, comprendemos el fino equilibrio que existe entre la necesidad de un acuerdo y no comprometer el destino de nuestra patria.
Se puede proyectar la alternativa de no pagar la deuda,
este escenario supone una situación aún más crítica de nuestras reservas internacionales. Lo cual implicaría una caída en los ingresos y depósitos en dólares generando una corrida cambiaria que haría insostenible el tipo de cambio oficial, llevándolo a 250, 350, 500 pesos el dólar, quién sabe. Claramente, esta situación impactaría en los sueldos, lo que los haría descender en su capacidad adquisitiva, generaría mayor inflación, y mayor pobreza.
“LOS NÚMEROS DEBEN CERRAR CON LA GENTE ADENTRO”
Como dijo
Néstor Kirchner "Los números deben cerrar con la gente adentro”. No podemos aceptar un achicamiento del Estado, reformas laborales, previsionales, recortes en la inversión social, educativa, entre otras áreas fundamentales.
Comprendemos que lo que se necesita ahora es un conocimiento profundo sobre la letra chica del acuerdo y qué implicarán las revisiones trimestrales. La puja con el FMI no termina con el acuerdo, sino que recién empieza.
El proyecto político del que somos parte necesita espacios de debate y legitimación de las decisiones políticas que se toman. Consideramos de gran importancia re impulsar los foros patrióticos como herramienta de construcción del movimiento nacional. Estamos en un momento crítico donde debemos salir fortalecidos para lograr caminar hacia una patria justa, libre y soberana.
Nos parece fundamental la reactivación de la economía en base al crecimiento del PBI generando fuentes de valor agregado a nivel nacional, fortaleciendo el trabajo genuino, y generando utilización intensiva de mano de obra e incremento de exportaciones. El santo y seña de la política económica que nos debe dirigir es “desarrollo nacional con inclusión social”.
Para eso, la agenda económica debe ir más allá del tópico del crecimiento económico. Los desarrollistas puros suponen que la mejora de vida de las personas se concentra en éste. Desde nuestro lugar, reconocemos el valor central del crecimiento, pero agregamos también la necesidad de una agenda más amplia; ligada de forma imprescindible a la necesaria distribución de riquezas.
Por ello, debemos recuperar el debate sobre la reforma tributaria, la planificación y el volver a fortalecer al Estado acorde al siglo XXI. Eso significa hacer un Estado fuerte y emprendedor, con sociedades del estado o copartícipe en las áreas estratégicas de la economía, que sea el impulsor de la innovación tecnológica mediante el I+D, a la vez que genera capilaridades democráticas en sus diferentes poderes y niveles.
PREGONAMOS LA UNIDAD
Como la mayoría del Frente de Todos (FDT),
pregonamos la unidad y seguimos en la tarea que el frente electoral se convierta en la fuerza política necesaria para este tiempo. En ese camino, la conducción del FDT designó responsables en diferentes áreas para las tareas que el mismo debe llevar adelante. Incluso modificando y actualizando el gabinete pasada las PASO del 2021, queremos creer que quienes son responsables de llevar adelante el proyecto político que nos representa lo harán defendiendo los intereses de las mayorías populares, como lo planteara el presidente al inicio de su gobierno cuando afirmaba que “empezaríamos por los últimos”.
De la misma manera que la vicepresidenta
Cristina Fernández de Kirchner planteó la necesidad de poner en sintonía las tarifas, los precios, las jubilaciones y los salarios de los trabajadores, insistimos en que “nunca en un gobierno popular la inflación le puede ganar a los salarios”.
En este marco entendemos que en este contexto de Latinoamérica merece un análisis certero de parte de nuestro proyecto político. Una estrategia que nos brinde mayor soberanía y autonomía económica involucra un abordaje de las relaciones internacionales y centralmente el fortalecimiento de la región.
La estrategia de soberanía vía la integración regional no es una novedad, sino que retoma camino emprendido por Néstor Kirchner en el 2005 en Mar del Plata junto a
Hugo Chávez, Fidel Castro, Evo Morales, Luis Ignacio Lula Da Silva, entre otros líderes latinoamericanos. Asimismo, en un mundo en constante cambio, debemos bregar por la histórica posición de la diplomacia argentina de paz y multilateralismo.
LA REINVINDICACIÓN DEL PROYECTO NACIONAL
Esta Generación Patriótica pone a disposición del Proyecto Nacional nuestro esfuerzo militante y cuadros técnicos y políticos para aportar a los debates de este tiempo, a lo largo y ancho de la Argentina.
No nos rendimos ni nos rendiremos jamás ante las presiones de afuera y los vendepatrias de adentro.
“Nuestros pobres, nuestros excluidos, nuestros países, nuestras democracias, ya no soportan más que sigamos hablando en voz baja; es fundamental hablar con mucho respeto y en voz alta, para construir un sistema que nos vuelva a contener a todos en un marco de igualdad y nos devuelva la esperanza y la posibilidad de construir obviamente un mundo distinto y una región que esté a la altura de las circunstancias que sé que los presidentes desean y quieren” (Néstor Kirchner; Cumbre de las Américas, Mar del Plata, 2005. “No” al ALCA)