La Argentina recibirá "la mayor inversión del siglo" a través de la firma australiana Fortescue para producir hidrógeno verde, una de las energías del futuro con impacto positivo en la lucha contra el cambio climático.
Es una de las energías más prometedoras, con un
gran potencial para descarbonizar el transporte pesado (por ejemplo, camiones y buques) y de larga distancia. También es fundamental para descarbonizar industrias que consumen mucha energía, tales como el acero, el cemento, el papel o la de fertilizantes.
Se lo llama hidrógeno “verde” porque toda la energía que se utiliza para producirlo proviene de fuentes renovables (en este caso, la eólica). Se extrae del agua a través de la electrólisis, por la cual se separa con corriente eléctrica el hidrógeno (H2) del oxígeno (O). Una vez obtenido, el hidrógeno se puede comprimir y transportar, además de licuar y almacenar por algunos meses. Así, es posible acumular stock en períodos de mucho sol o viento, y utilizarlo cuando estas fuentes energéticas escasean,
El hidrógeno verde permitirá utilizar y transportar energía renovable que de otro modo sólo podría utilizarse en la zonas aledañas a la generación. Con este proyecto, la energía que generan los vientos de la Patagonia (de los mejores del mundo), va a poder ser industrializada y exportada.
Además,
se van a poder generar más de 15 mil puestos de trabajo en la Argentina, contribuir al desarrollo federal, generar divisas y, a su vez, disminuir el impacto ambiental de las actividades productivas.
El anuncio de la inversión se realizó oficialmente este lunes tras la reunión que mantuvieron desde las 13 hora argentina el jefe de Estado con directivos de Forescue en Glasgow.