El auge de la cuarta temporada de la serie de
Netflix "The Crown", que retrata en ficción varias décadas que recorren desde la llegada de Isabel II al reinado hasta los más recientes episodios de su vida, y el aniversario del acontecimiento en sí mismo pusieron los ojos sobre
la famosa visita de Lady Di, la "princesa del pueblo", a la Argentina en noviembre de 1995, así como su particular encuentro con la familia del entonces presidente Carlos Saúl Menem.
El 23 de noviembre de 1995,
Diana Spencer, entonces aún princesa de Gales, pisó suelo argentino luego de su separación del príncipe
Carlos, situación para la que aún faltaba aproximadamente un año para que se convirtiera en divorcio legal.
La británica, conocida como "la princesa del pueblo" debido a su buena sintonía e imagen con el pueblo británico, llegaba Buenos Aires en medio del escándalo que habían causado en su país sus declaraciones a la prensa, en las que narraba cómo había sido su matrimonio con Carlos y confirmaba los rumores de infidelidad.
“Éramos tres en este matrimonio, así que estaba un poco concurrido”, dijo en una entrevista histórica que 48 horas antes de llegar a la Argentina ofreció al programa BBC Panorama conducido por el periodista Martin Bashir.
Casi a las dos de la tarde aterrizó Lady Di en Buenos Aires. Si bien se conoció que había volado vestida con un jean, lo cambió por un elegante tailleur blanco antes de pisar suelo argentino. Laura Ayerza, periodista argentina que vivía en Londres, que había sido contratada por una editorial y compartió vuelo con la princesa, precisó: “Fue muy amable con todos pero no conversó con nadie, apenas comió y durmió durante el trayecto. Cuando llegó a la Argentina se instaló en la embajada británica. Hubo una recepción y se la veía muy bien”.
“Creo que deseaba escapar de la tormenta que transcurría en Inglaterra, su vida sentimental no estaba bien. Para mí más que viajar, huyó”, agregó la periodista, según Infobae.
En su llegada y a lo largo de su estadía en la Argentina, Lady Di llamó la atención por su poco apego al estricto protocolo de vestimenta que impone la Realiza, según el cual las mujeres, si llevan vestido, sí o sí deben lucir medias. Spencer mostró sus piernas sin medias más de una vez en Buenos Aires.
De Ezeiza, se trasladó a la embajada británica. Lo hizo a bordo de un Jaguar, marca emblemática inglesa y custodiada por varios autos. Ya en la residencia rompió una segunda regla: se metió en la pileta y fue fotografiada. Ana D’Onofrio era la directora de la revista Gente y bajo su batuta se lograron las fotos de Diana envuelta en una toalla que recorrieron el mundo.
Lejos del jet lag, la princesa mostró una increíble capacidad de trabajo. Esa misma mañana, visitó la Asociación de Lucha contra la Parálisis Infantil (ALPI). Luego fue al Servicio Nacional de Rehabilitación, saludó a una nadadora que quería cruzar el Canal de la Mancha y fue a ver a los niños del Hospital Garrahan. Por la noche se realizó una cena en su honor en la embajada.
El segundo día de visita volvió a darse un chapuzón en la pileta y visitó el Hospital de Oncología, Ángel Roffo. Después del almuerzo en Olivos, a las tres de la tarde se subió al Tren de la Costa para visitar el Hospital Municipal de San Isidro. A la noche se realizó otra elegante cena a beneficio de ALPI, en el Palacio de Correos. El sábado 25 a las 10.30 am se subió al Tango 03 que la transportó a Puerto Madryn, en Chubut. Después de cuatro días de actividades solidarias, protocolares y algún momento recreativo, Lady Di regresó a su país.
CITA CON LOS MENEM
Lady Di fue recibida en la Quinta oficial de Olivos por el entonces presidente Carlos Saúl Menem. La cita versaba en un almuerzo. Cabe recordar que la Argentina, después de la guerra por la ocupación británica de las Islas Malvinas, no venía en buenas relaciones con ese país, que al momento del conflicto bélico recién comenzaba a conocer a Diana Spencer como princesa de Gales y pareja del príncipe Carlos.
El jefe de Estado estaba con su hija Zulemita, quien habló sobre el encuentro con Diana con Infobae.
“Compartimos un almuerzo con ella, yo era chica. Se notaba que tenía muchísima personalidad pero emanaba una profunda tristeza. Me llamó la atención su altura, su elegancia pero a su vez transmitía algo muy angelical”.
En ese punto, la hija del ex presidente recuerdó una anécdota impactante e inevitablemente, a la luz de los hechos, premonitoria para la interpretación de Zulemita.
“En un momento vio una foto de mi hermano Carlitos. Cuando supo su historia le dijo a mi papá: ‘Debe haber sido una buena persona. Dios siempre se lleva a los buenos antes’”, comenzó.
Y, como conclusión, agregó:
“Dos años después murió ella y no pude menos que recordar su frase. Dios siempre se lleva a los buenos antes”.