Si se pudiera realizar una metáfora de fútbol, deporte en el que este encuentro es un clásico, podría decirse que la final Argentina - Brasil o Brasil - Argentina está empatada pero, después de varios minutos en los que el partido estuvo suspendido, ahora hay continuidad y el resultado final está abierto.
En el marco de su recepción al embajador argentino en Brasilia, Daniel Scioli, el presidente de Brasil, el siempre polémico Jair Bolsonaro, aseguró hoy que, "de corazón", quiere "lo mejor para Argentina" y hasta se mostró dispuesto a tener un mano a mano de trabajo con su par Alberto Fernández antes de fin de año.
"El presidente Bolsonaro tuvo palabras muy alentadoras hacia la Argentina, dijo que de corazón quiere lo mejor para Argentina, que quiere trabajar juntos. Yo le llevé el mensaje del presidente Fernández sobre la voluntad de trabajar juntos", relató Scioli a Télam luego de la reunión.
El ahora representante argentino en el país vecino estuvo en el Palacio del Planalto, sede del Gobierno de Brasil, donde presentó sus cartas credenciales, pero lo que en principio iba a ser un encuentro formal se transformó en una reunión de trabajo. Pasó lo mismo en febrero, cuando Scioli; el secretario de Asuntos Estratégicos,
Gustavo Béliz; y el canciller
Felipe Solá visitaron, fuera de agenda, al presidente brasileño.
Desde la llegada del Alberto y
Cristina Fernández de Kirchner -a quien Bolsonaro siempre maltrató- a la Casa Rosada, la relación diplomática entre Argentina y Brasil estuvo marcada por contrapuntos entre ambas administraciones, producto de constantes críticas del líder brasileño al gobierno argentino.
La relación de Fernández con
Lula da Silva, entre otros, siempre fue un problema para Bolsonaro, cuya familia ni siquiera tuvo miramientos en agredir violentamente al hijo del presidente argentino en redes sociales. Ahora, el contexto de este acercamiento se produce cuando en la región hay tensión por la
intención de los Estados Unidos de Donald Trump de imponer a Mauricio Claver-Carone en el BID, institución internacional bancaria que históricamente reserva su presidencia para los países latinoamericanos.
La administración Bolsonaro, y otras 16 naciones, apoyan la postura de Trump. Alberto tiene en Béliz a su propio candidato para el BID, pero además, junto a otros tres países, buscan posponer los comicios para este organismo para después de la pandemia, incialmente programados para septiembre.
Las palabras del mandatario brasileño a Scioli, fueron interpretadas como un intento de Bolsonaro de dejar atrás la actitud que asumió desde la campaña presidencial del 2019, en la que el brasileño apoyó al derrotado ex presidente
Mauricio Macri, para abrir el camino hacia el avance de la relación bilateral, obstaculizada hoy, en buena parte, por la pandemia de coronavirus.
Entre los puntos principales tratados por Scioli y Bolsonaro, estuvo el interés por distender la relación entre Buenos Aires y Brasilia, también atravesada por la relación entre el presidente argentino y el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, el líder opositor brasileño.
"Bolsonaro me dijo 'tengo toda la predisposición a encontrarnos", contó Scioli a Télam. El embajador aseguró que existe una hoja de ruta para concretar una reunión, virtual o presencial entre Alberto y ex militar y actual presidente argentino.
"Mi sueño es que sea presencial", confesó Scioli, quien se entusiasmó con la posibilidad de que el encuentro de los presidentes se haga realidad en noviembre, en coincidencia con un nuevo aniversario de la histórica reunión, en 1985, entre José Sarney y Raúl Alfonsín en Foz de Iguazú.
"Este año se cumplen 35 años del encuentro entre los ex presidente José Sarney Raúl Alfonsín en Foz de Iguazú. Podríamos trabajar en esa posibilidad", dijo Scioli.
El 30 de noviembre de 1985, tras la salida de las dictaduras en ambos países, Sarney y Alfonsín firmaron la Declaración de Iguazú, que sentó las bases del Mercosur, pero también alejó las amenazas de una carrera armamentista y de energía nuclear que se asomaba entre Buenos Aires y Brasilia.
El 30 de noviembre, recordó Scioli, "es el día de la amistad argentino-brasileña", fecha establecida en ese sentido en 2005 por los entonces presidentes
Néstor Kirchner y Lula.
Por primera vez en más de una década, Brasil dejó de ser en la pandemia el principal socio comercial de Argentina, superado por China: este dato no es menor para el gigante vecino, que tiene en nuestro país al principal destino de sus productos manufacturados.
Scioli destacó que Bolsonaro atendió rápidamente uno de sus pedidos: "Le dije que quería línea directa con su gabinete y determinó un almuerzo de trabajo el viernes con el canciller Ernesto Araújo", relató el flamante embajador.
"Yo les dije que estoy acá en Brasilia por determinación del canciller Solá y el presidente Fernández para ser un facilitador", comentó.
En la charla con Bolsonaro, el embajador argentino se refirió además a la reestruturación de la deuda con los acreedores privados y la próxima negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Le expliqué la situación de la Argentina frente a la deuda, que Argentina quería sentarse a conversar todos los temas en el Mercosur y destrabar asuntos comerciales variados, como por ejemplo el de la vitivinicultura", comentó.
El próximo viernes el embajador Scioli almorzará con el embajador Araújo y con la funcionaria que tiene un especial interés para la Argentina, Tereza Cristina Dias, la ministra de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento, del partido centroderechista Demócratas.