Ante una multitud, con banderas argentinas y también partidarias, y en medio de saludos al público y hasta transitando momentos de emoción y lágrimas ante el recuerdo que hizo
Cristina Fernández de Kirchner de Néstor Kirchner,
Alberto Fernández cerró la campaña nacional del Frente de Todos acompañado por su compañera de fórmula, por el postulante a gobernador bonaerense,
Axel Kicillof; y la aspirante a intendente de Mar del Plata,
Fernanda Raverta, sólo tres días antes de las elecciones generales.
"El domingo en Mar del Plata, en Buenos Aires y en toda la Argentina, ¡boleta completa!", arengó en la frase de clausura de su discurso el candidato presidencial, en lo que fue el acto de cierre de la campaña nacional del frente peronista Mar del Plata con fuerte impronta en la unidad y la necesidad de que el apoyo sea en los tres niveles: nacional, bonaerense y municipal.
El multitudinario evento fue en La Ramba de La Feliz junto a su compañera de fórmula, CFK, que lo precedió en el uso de la palabra; Kicillof, que habló antes de Cristina; Raverta, que abrió el acto; la aspirante a la vicegobernación,
Verónica Magario; el postulante a jefe de Gobierno porteño,
Matías Lammens; gobernadores, intendentes, legisladores y referentes de todas las fuerzas que componen la alianza opositora.
De su larga trayectoria en la política, Fernández destacó como momentos más importantes el día que se cruzó con Néstor y se reencontró con Cristina, "sabiendo que la Argentina no podía seguir viviendo el oprobio en el que vivía". En esa línea, recordó una charla con el ex presidente en la que plantearon la necesidad de "levantar la bandera del mejor progresismo", lo que dio inicio a la gestión kirchnerista que condujo al país entre 2003 y 2015.
Esa construcción política "está más viva que nunca, está aquí", dijo y reconoció:
"Un día me llamó Cristina y me dijo 'es tu turno'. Gracias por tu confianza".
"Hemos pasado cuatro años de sinsabores con un gobierno que no tuvo ningún empacho en dejar que los bancos se enriquecieran mientras toda la Argentina se empobrecía", gritó Fernández sobre el escenario montado de espaldas al mar para pegarle a la gestión de Juntos por el Cambio, y agregó:
"El domingo, con el voto, tenemos que dar vuelta una página oprobiosa que empezó a escribirse el 10 de diciembre de 2015".
En un discurso breve, como los de todos los oradores que hubo en el acto de cierre, en el que volvió a pedir "boleta completa y adentro" para enfrentar la estrategia de los intendentes oficialistas que se despegan de
Mauricio Macri y María Eugenia Vidal para salvar sus territorios, el ex jefe de Gabinete acusó a Cambiemos de "representar los intereses de los poderosos". En ese sentido, dijo que el Frente de Todos, "entre los que trabajan y los que espculan", elige "a los que trabajan".
El candidato presidencial más votado en las PASO prometió gobernar para
"construir una argentina digna, no de rodillas, que respete a los que trabajan, a los que producen y a los que educan", y citó al ex mandatario radical Raúl Alfonsín: "Vamos a sacar a los cinco millones de pobres que han creado. Como decía Raúl Alfonsín, vamos a aplicar la ética de la solidaridad y vamos a tenderle la mano a aquel que se cayó en el pozo".
"Sabemos lo que hay que hacer para que la Argentina se ponga de pie. Estamos firmando un contrato moral y ético para hacer una Argentina que vuelva crecer", bramó Fernández, y concluyó con una fuerte promesa antigrieta:
"No vamos a preguntarles de dónde vienen, sino a donde quieren ir. Si quieren una Argentina justa, abracémoslos, sumémoslos y hagamos la Argentina que nos merecemos".
