A pesar de que la situación en materia de delitos y de violencia institucional en el país es pésima, con el antecedente cercano de la masacre de jóvenes en manos de la policía en San Miguel del Monte,
Patricia Bullrich sigue destinando tiempo a cuestiones que rozan entre lo accesorio y lo electoralista, pero que se encuadran perfectamente en lo insólito: la ministra de Seguridad de la Nación Argentina viajó a Paraguay a cortar marihuana a machetazos.
Bullrich fue a la base de
Pedro Juan Caballero, conocida como
"la capital narco de Sudamérica" por ser considerada como el área más fértil para el cultivo, en el departamento de
Amambay para inaugurar la cooperación argentina en Paraguay. En diálogo con Perfil, la funcionaria contó que eligió a Gendarmería para colaborar con la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD) en suelo
paraguayo y organismos de Brasil, y que se sumarán también el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales).
La misión, según vende el Ministerio, cumpliría también el propósito de
reforzar los lazos entre países en el Mercosur, al que quiere modificar el gobierno de
Mauricio Macri. El vinculo con Paraguay había quedado dañado cuando Argentina votó por expulsar a ese país de la entidad.
No obstante,
Bullrich fue a Paraguay principalmente con el objetivo de hacer lobby para sus intenciones de acompañar a Macri como precandidata a vicepresidenta. Es que cuando el avión de la Fuerza Aérea llegó a Pedro Juan Caballero para llegar a cabo el operativo "Nueva Alianza"
la esperaba en la plataforma un impresionante despliegue del gobierno paraguayo que incluía una foto con el presidente de ese país, Mario Abdo.
En tierra, el Ministro de la SENAD y ex fiscal anticorrupción Arnaldo Giuzzo le regalaron una campera de la institución que Bullrich no se sacó desde ese momento. Luego, llegó Abdo y su ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor. De hecho, la ministra ahora está en Tucumán, pero
su foto con el mandatario paraguayo está en las manos de Macri.
Lo que también se convirtió en fotos fueron los machetazos antidrogas de Bullrich y las plantas de marihuana en sus manos. Los funcionarios sobrevolaron sobre plantaciones de 90 hectáreas, ubicada a unos ocho kilómetros de la ruta, que efectivos de la SENAD ya arrancaban a machetazos desde el domingo pasado. Cuando las fuerzas de seguridad llegan a pie, generalmente tras la denuncia de los dueños de las estancias-reservas naturales, ya no encuentran a “los marihuaneros”, campesinos que ganan 20 dólares por día y viven de manera muy precaria en las plantaciones.
Una vez que aterrizaron los helicópteros, Bullrich caminó sobre el suelo rojo y fértil de la cordillera de Amambay, donde los marihuaneros desmalezan y cortan árboles en “zonas inaccesibles” para cultivar la droga. El jefe del procedimiento y ministro de la SENAD, Oscar Chamorro, le mostró el proceso del cultivo y cómo llevan a cabo la erradicación.
La ministra agarró el machete, metió machetazo limpio y agarró los pedazos de plantas. Todo para las fotos.