A sólo cinco días de reunirse con el senador estadounidense por el republicanismo y ex gobernador de Florida
Rick Scott, uno de los dirigentes de ese país que ofician de voceros respecto de la cuestión Venezuela y la necesidad de intervención, y en medio de la grave crisis que atraviesa el pueblo venezolano con una jornada de alzamientos armados,
Mauricio Macri usó su cuenta de Twitter para apoyar un intento de golpe de Estado en Caracas para "recuperar la democracia" derrocando a Nicolás Maduro.
El mandatario argentino se sumó a los presidentes de la región que salieron a avalar el intento de golpe en Venezuela a partir de la
liberación del dirigente opositor Leopoldo López y el llamado de Juan Guaidó, el autoproclamado "presidente encargado", a movilizarse para el "cese definitivo de la usurpación".
No todos los jefes de Estado de la región se pronunciaron en el sentido de Macri. A diferencia de otros mandatarios que respaldaron a Maduro, entre los que se anotaron el mexicano
Andrés Manuel López Obrador, el boliviano
Evo Morales y el cubano
Miguel Díaz Canel, el líder PRO apoyó a la oposición antichavista y manfestó que espera que "sea el momento decisivo" para desplazar al gobierno venezolano.
"Esperamos que éste sea el momento decisivo para recuperar la democracia. Que la larga angustia que llevó al sufrimiento y al miedo a los venezolanos llegue a su fin y comience un período de libertad, sensatez y crecimiento. No será fácil, como bien sabemos los argentinos", dijo Macri, que se animó a hacer esa confusa última alusión a la experiencia de los argentinos.
Mientras en la Argentina atraviesa una grave crisis económica, financiera y social -con caída de la producción y del poder adquisitivo, y aumento de la pobreza, la inflación y el endeudamiento- pero Cambiemos culpa por ello a la posibilidad del retorno del kirchnerismo al Gobierno, Macri también dejó una reflexión en clave de vincular lo que le pasa a Caracas con lo que podría pasar en el país:
"Al mismo tiempo la historia de los últimos veinte años de Venezuela deja una lección y una advertencia para toda la región: cuando las democracias se desvían hacia los personalismos mesiánicos y el populismo, tarde o temprano se transforman en dictaduras".
