Tras el fin de semana de militarización de la Ciudad, el Gobierno salió de punta con un relato según el cual el primer G20 en un país sudamericano traerá al país no sólo éxito simbólico y rédito político de cara a un año electoral como 2019, sino también beneficios económicos concretos en el corto y mediano plazo. Sin embargo, sólo horas después,
tanto especialistas de la comunidad de negocios e incluso la excanciller de Cambiemos, Susana Malcorra, le bajaron el precio a la cumbre y relativizaron el impacto y el supuesto derrame de inversiones que podrían llegar a la Argentina producto de los encuentros entre Mauricio Macri y sus pares.
"Se está buscando un reflejo que no hay", sentenció Malcorra en un disparo al discurso exitista enarbolado por el Ejecutivo que supo integrar, sólo horas después de finalizado el G20 en Buenos Aires, idea que completó al señalar que
"no hay resultados inmediatos de una cumbre así para la Argentina", salvo "por los acuerdos bilaterales”.
En una entrevista con el programa Toca y Daca, por Radio Cooperativa, la experta en relaciones internacionales y diplomática de carrera en la ONU explicó que
"las relaciones entre países dan un marco, pero las que terminan definiendo son las empresas”.
Según Malcorra, presentada al inicio de la administración Cambiemos como una de las estrellas del Gabinete vendido como "el mejor equipo de los últimos 50 años", el presidente de los Estados Unidos, Donald
"Trump o los europeos dan el marco de respaldo, pero después son las empresas las que deciden las inversiones”.
En esa misma línea, la exfuncionaria reconoció que hubo aspectos, como por ejemplo la dependencia del Gobierno respecto de los dólares del Fondo, que Cambiemos hubiera deseado evitar ante el G20:
"El presidente Macri hubiera querido mostrar a la Argentina sin algunas de las cosas que ha tenido que atravesar, como ir a pedir el apoyo del FMI".
No obstante, la de Malcorra no es la única voz crítica respecto del discurso del éxito inmediato propuesto por la Casa Rosada. En diálogo con Letra P,
Marcelo Elizondo, titular de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), sostuvo que
“la reunión salió bien" y que "sirve para mejorar la reputación del país y generar una mirada algo más benévola de los inversores", pero que sin embargo
"la realidad pasa por un plano diferente y la Argentina debe resolver las dudas que hay sobre su financiamiento, algo que se expresa en el riesgo país".
"Si no baja la inflación, si no se genera previsibilidad más allá del año y medio que se sostiene con los desembolsos del FMI, por más G20 que se organice las cosas no se van a corregir”, concluyó.
Otro consultado fue
Christian Buteler, analista financiero, que en diálogo con el mismo portal precisó que “el G20 dejó un buen clima para los negocios", pero que
"las implicancias directas que pueda tener sobre nuestra economía son muy limitadas".
De hecho, a través de sus redes sociales, el especialista sentenció que
creer que "el acuerdo USA-Chica fue un logro" conseguido por el Gobierno, como asumen desde Cambiemos y medios oficialistas, significa que "la palabra soberbia queda chica".
“Desde ahora, volvemos a nuestra realidad con el riesgo país, la tasa de interés, el dólar, las reservas.
Hay que recordar lo que duró en su momento la declaración de la Argentina como país emergente, el acuerdo con el FMI… Mientras no resolvamos nuestros problemas de fondo, lo que puede llamarse ‘buen clima’ puede aligerar un poco las cargas, taparlas por 24 o 48 horas, pero enseguida vamos a volver a nuestra realidad”, disparó.
En la misma línea,
Federico Furiase, director de la consultora Eco Go, explicó que la cumbre “es una señal que puede destrabar relaciones bilaterales y crear condiciones para el diálogo, pero
esto no genera una lluvia de inversiones". Y explicó, lapidario:
"Las inversiones llegan cuando cierra la ecuación rentabilidad esperada/costo del financiamiento y esto todavía no está, sobre todo teniendo en cuenta el riesgo político de cara al año electoral”.