Parece ser que el objetivo planteado por
Mauricio Macri y revalidado como logro de los mil días de gestión por
Marcos Peña de conseguir una "integración al mundo" sufre algunos accidentes. Es que
tras la burla en Twitter del referente de Cambiemos en el Senado, Federico Pinedo, hacia los países africanos, el titular del Banco Central de Sudáfrica se cobró una pequeña venganza al utilizar a la Argentina y su administración cambiaria como ejemplo de lo que no hay que hacer ante una crisis.
Lesetja Kganyago, el presidente del organismo regulador de la política cambiaria sudafricana,
diferenció la pérdida del 13,5% que acumula el rand sudafricano desde comienzos de agosto de la situación de otras monedas de países emergentes, y mencionó puntualmente los casos de Turquía, Argentina y Venezuela. También apuntó contra la baja calidad institucional de esos gobiernos a la hora de dar respaldo a su moneda. Precisamente, sólo en agosto el peso argentino perdió 26,3% su valor frente al dólar.
Diversos sitios especializados recogieron las declaraciones de Kganyago, como Bloomberg o el Financial Times, y así quedó definida la postura del funcionario sobre la posible estatización del Banco Central sudafricano, que podría dar lugar a que el Gobierno le acote su independencia y eche mano a las reservas de 50 mil millones de rands.
"Si se llega a un punto en el que se debate el mandato del Banco y la independencia del Banco de Reservas, miren lo que pasó en Turquía, miren lo que pasó en Argentina, o lo que pasó en Venezuela. Si quieren un ejemplo africano, miren a Zimbabwe", disparó Kganyago.
En la misma línea, el funcionario fue lapidario con la administración de Macri:
"Las instituciones importan. Es por eso que no somos Turquía ni Argentina... ni Venezuela, para el caso".
"Mire a esos países y los cimientos de sus bancos centrales. Nosotros tenemos un banco central creíble, respaldado por su constitución", siguió Kganyago en el FT.
Como ejemplo de la falta de independencia de la autoridad monetaria, agregó que, al igual que en el caso de Macri, "tienen una situación en Turquía en la cual el presidente se pronuncia acerca de las tasas de interés".
"Allí donde los populistas macroeconómicos quisieron que el Banco Central tomara medidas poco ortodoxas, terminaron con resultados completamente ortodoxos" de economías debilitadas, argumentó Kganyago, quien sospecha que detrás de la intención de nacionalizar las acciones del organismo que conduce, se oculta la pretensión de flexibilizar la independencia institucional en beneficio del uso político de los recursos del Banco Central.
Las críticas sudafricanas impactaron de lleno contra Pinedo, el presidente provincional de la Cámara alta por Cambiemos, quien días atrás ironizó la noticia de que la calificadora de deuda S&P's cambiaba de estable a negativa la perspectiva la calificación de Argentina como deudor y lo equiparaba con Etiopía, Egipto o Zambia.
"Quién tuviera plata para comprar", tuiteó el senador macrista, restándole relevancia al desplome de los bonos nacionales que advertía en un artículo el diario el Cronista. Luego de una oleada de críticas, borró el desafortunado mensaje.